viernes, 27 de mayo de 2022

Inflación galopante

 


 

Juan José Ríos Ríos

 

 

Mientras que los números oficiales dan cifras alegres en cuanto al costo de los productos básicos o de los que requieren las familias mexicanas para la alimentación de sus integrantes, la realidad en que día a día el gasto diario supera en mucho lo que se destina en dinero para ello, cada vez la carne, la tortilla, el jitomate o cualquiera de otro producto comestible sube de precio, ante el enojo, sufrimiento o resignación de las amas de casa o de quienes cubren esta función en los hogares.



            En este aspecto, reproducimos lo que el INEGI hace público y que se relaciona con la primera quincena de mayo de 2022, indicando que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) disminuyó 0.06% respecto a la quincena anterior. Con este resultado, la inflación general anual se ubicó en 7.58%. En la misma quincena de 2021, la inflación quincenal fue de 0.01% y la anual de 5.80%., lo que indica un incremento que supera el dos por ciento.

            Agrega que el índice de precios subyacente registró un aumento quincenal de 0.31% y anual de 7.24%. En el mismo periodo, el índice de precios no subyacente retrocedió 1.15% a tasa quincenal y se incrementó 8.60% a tasa anual. Al interior del índice subyacente, a tasa quincenal, los precios de las mercancías subieron 0.35% y los de los servicios 0.25%.





            Dentro del índice no subyacente, a tasa quincenal, los precios de los productos agropecuarios crecieron 0.47%, al mismo tiempo que los de los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno bajaron 2.45%. Esto se debió principalmente a los ajustes en las tarifas eléctricas dentro del esquema de temporada cálida en 11 ciudades del país.

            Estos resultados no ponen de manifiesto en la realidad que se vive a diario, cuando muchos de los productos se han elevado hasta un 50 por ciento, ya no se diga las tarifas de los servicios públicos que en los municipios, como Zapotlán el Grande, que también por el presente año se elevaron un 50 por ciento, obra y gracia de la anterior administración del MC y a propuesta de la regidora Laura Elena Martínez Ruvalcaba, y que el alcalde, pudiendo paliar un poco el problema, sólo se justificó diciendo, públicamente, que no era culpa de su gobierno, aplicando los cobros tal y como lo aprobaron los regidores del ayuntamiento en la pasada gestión.


            Lamentablemente, en Ciudad Guzmán no se cuenta con ninguna institución que, cuando menos, escuche las quejas, mucho menos para realizar una tarea de supervisión y, de sanción en su caso, para aquellas empresas o negocios en los que a su antojo elevan el costo de los productos o servicios que otorgan al consumidor, productos que las más de las veces los tienen en existencia, en bodega, como se dice, y que sin embargo, sin conciencia alguna, los ponen a la venta con mayores costos o que, sin disimulo alguno, los remarcan a placer. Esto sucede en las llamadas tiendas de autoservicio, los mini súper que operan en la ciudad, en las gasolineras o gaseras, todo en detrimento del consumidor y ante la ausencia de la Profeco.


            Ante, ello, todo dato oficial que indique porcentajes bajos del índice de inflación en el país, no cuajan con la realidad que viven los ciudadanos en provincia, fuera de las grandes capitales, en donde, generalmente, la competencia, posibilita mejores condiciones de compra o adquisición de servicios.




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