lunes, 23 de mayo de 2022

Los enterradores del PRI


 


Pedro Vargas Avalos

 

 

Desde hace buen tiempo se ha escuchado que el Partido Revolucionario Institucional, desaparecerá, debido a su desprestigio y sus magros logros electorales. Cuando el parlanchín Vicente Fox llegó (año 2000) a la presidencia de la república, mucha gente creyó que ese final se había acercado. Pero como casi todo lo que hace ese ex conserje de la empresa mayoritaria de refrescos de cola, son estropicios, con su lamentable actuar más bien resucitó al tricolor.



Cuando el año 2018, tras el podrido gobierno de Peña Nieto, se consideró que el priismo no levantaría electoralmente, al comentar las elecciones de Tamaulipas y las pésimas maniobras del dirigente del PRI estatal, (Sergio “checo” Guajardo) muy similares a como se operó nacionalmente, se afirmó que sus dirigentes habían cavado la tumba priista. (CNT, 8-II-2018).


Luego del repaso que el pueblo les dio a panistas, perredistas y tricolores hace tres años, el panorama se tornó todavía más sombrío para el antiguo partido hegemónico.


Luego vinieron las votaciones de junio de 2021, intermedias entre las jornadas en que se elige funcionarios federales, incluyendo al presidente de la república. En tal ocasión, no pudieron ser peor los resultados, para los integrantes de la oposición bajo la divisa de “Va por México”, los cuales fueron derrotados en líneas generales. Pero los tricolores lo fueron de forma más tremenda, pues perdieron todas las gubernaturas que se renovaron, incluyendo Campeche, donde con descaro, el líder del priísmo nacional quiso imponer a un sobrino (Christian Castro Bello) quien, evidentemente, le cubriría las trapacerías que cometió su tío. En consecuencia, hubo protestas de los correligionarios: “Eres una vergüenza para el PRI, Alito. ¡Renuncia!”, se leía en las pancartas que esos descontentos priístas mostraron afuera del edificio del tricolor, como parte de sus movilizaciones.





En días pasados, analizando los inminentes comicios de junio de este año de 2022, en que se renovarán ejecutivos de seis Estados, atestiguó el destacado periodista Jorge Meléndez Preciado, que el otrora gran partidazo, “se podría quedar sin gubernaturas, y eso hunde a cualquiera”.


De Campeche han surgido ciertas grabaciones que se atribuyen al actual dirigente nacional priísta, quien, como ya lo anotamos, fue “desgobernador” de esa Entidad federativa. Tras difundirse masivamente dichos audios, en que una voz que se escucha se asegura es la del presidente nacional priísta (Alejandro Moreno, Alito) nos damos cuenta de que el señor exigía moches, además de otros tipos de “apoyos” ilícitos, para ganar elecciones. Al respecto, el cercano 5 de mayo, escribió Citlalli Hernández, secretaria general del morenismo nacional, a través de su cuenta oficial de Twitter: “Es gracias a estas prácticas corruptas que @alitomorenoc será recordado como el sepulturero del PRI nacional”.


En las condiciones actuales, hasta exdirigentes nacionales priístas, y no pocos exgobernantes, manifiestan su temor de que su añejo gran organismo, ahora sea catalogado como un partido de la chiquillada, término despectivo usado para describir a los institutos políticos que casi son de puro membrete, rol que actualmente ya ostenta el PRD de los “chuchos”.




Un paso muy criticado, fue la unión del priismo con el panismo. Ambos eran adversarios tradicionales, y quien lo dijera, ahora están hermanados por los dirigentes de la derecha mexicana, que encarna Claudio X. González. Sobre eso, sorprende escuchar a Humberto Moreira, el expresidente tricolor que expresó con tristeza: “Eran nuestros enemigos históricos, y ahora uno los ve de la mano…”.


Pero según el comentarista Gerardo Hernández del medio digital “Zócalo”, hace seis meses insistió que un sepulturero del PRI sería Rubén Moreira, al que define como sujeto “megalómano y oportunista de toda la vida”. Para decir eso, asevera que, en Coahuila, la cuna del Apóstol de la democracia, D. Francisco I. Madero, Moreira (Rubén) sepultó a la democracia; luego agrega: el coahuilense Manuel Pérez Treviño, fue legendario líder del PNR, raíz del triunfador PRI, institución del que ahora será (el susodicho Rubén) malhadado sepulturero. Y resulta que tal señor es el segundo de Alito, por lo que éste tiene un excelente colaborador para tan macabra tarea.


Pero el inefable Moreno Cárdenas, no oye y menos hace caso, de lo que le adjudican sus críticos -dentro de su mismo instituto- y por el contrario, sostiene que aun cuando las encuestas proyectan nueva debacle para sus dirigidos, “un partido político no se mide por el número de gubernaturas” que tenga, y en cuanto a su presidencia, no renunciará porque fue electo para un período de cuatro años (2019-2023). (Diario 24 horas, 20-V-2022). En tal postura, tiene el ostensible respaldo de su tapadera, la secretaria general del priísmo (Alma Carolina Viggiano Austria, ahora candidata a la gubernatura de Hidalgo, destapada por ¡el PAN!), esposa del señor Rubén Moreira.


Así pues, de acuerdo a Álvaro Delgado, “Alito” será el presidente priísta más perdedor de toda la historia política del país, galardón negativo para cualquier adalid de organización política. Por todo lo anterior, escribió en junio del año pasado, Israel Mendoza Pérez, (del portal “Dominio Público”), sobre este exgobernador de Campeche:  En el momento de armar una alianza con las dos históricas fuerzas rivales, PAN y PRD, e imponer candidatos que responden a sus designios e intereses, factores en alto porcentaje causa de las derrotas del en otros tiempos partido aplanadora, lo único que Alejandro Moreno Cárdenas ha logrado, ni duda cabe, es convertirse en virtual sepulturero del PRI.

 

 


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