martes, 21 de febrero de 2023

La poesía siempre nos ofrece una realidad alternativa: Luis Alberto Pérez-Amezcua

 


Ramón Moreno Rodríguez



El pasado sábado 11 de febrero dio inicio el Segundo Seminario de Literaturas Regionales titulado “Cuatro miradas pacífico-occidentales: Baja California Sur, Colima, Jalisco y Sinaloa”. Esta primera sesión corrió a cargo del doctor Luis Alberto Pérez- Amezcua de la Universidad de Guadalajara, campus Ciudad Guzmán, que expuso el tema “Poetas de vanguardia del siglo XXI en Jalisco”. Al final de la actividad realizamos la siguiente entrevista en que el expositor explicó y sintetizó algunos de los temas tratados en dicho acto académico y de difusión de la literatura.




PREGUNTA: ¿Por qué consideramos que es necesario estudiar las literaturas regionales? ¿En verdad existen las literaturas regionales?


RESPUESTA: Buena pregunta. Desde el punto de vista teórico, no sé si eso tenga alguna relevancia, pero desde el punto de vista identitario considero que sí es importante. Las universidades están asentadas en regiones específicas con una cierta área de influencia, con una cultura compartida; desde este punto de vista, la literatura excede cualquier clasificación pues va más allá de una u otra región. Pero los estudios literarios sí que pueden contribuir a aclarar –gracias al conocimiento de estas

expresiones– los elementos identitarios de una región, de una zona. Gracias al trabajo de algunos escritores que habitan una región y que a veces también son oriundos de la misma, es posible conocer más y mejor esa región. Entonces esa identidad es uno de los componentes que son susceptibles de análisis y de estudio desde el punto de vista del conocimiento literario.





PREGUNTA: Desde que se han hecho estudios de las regiones históricas de México, incluso desde las investigaciones de la época prehispánica, se ha hablado de las culturas de Occidente. ¿En realidad existe una cultura del Occidente de nuestro país?


RESPUESTA: No es casual que hoy se reúnan cuatro universidades del Occidente de México. Esta unión de cuatro universidades tuvo que ver con el trabajo de investigadores como tú, y de otros colegas de otras universidades preocupados por el asunto. Ustedes coinciden, aunque no lo digan, en que existe dicho fenómeno; es preciso estudiar las literaturas de estos cuatro estados.


Yo no creo que sea casual esta conjunción, creo que es completamente deliberado en el sentido de que así como existe una pequeña región, una microrregión (esto nos lo enseñaron los historiadores con sus estudios de microhistoria) es dable hablar de macrorregiones en las que diversas ciudades y estados se conjugan porque saben sus habitantes de que se comparten algunos rasgos o que, en todo caso, es pertinente comparar y contrastar algunos de los rasgos de las región de nuestro país.


Entonces, más que casual la unión de intereses literarios de cuatro universidades estatales, yo creo que es parte del trabajo de la conciencia que tiene el reconocimiento de las peculiaridades y en el marco de esas peculiaridades se pueden encontrar los puntos en común.


PREGUNTA: En ese sentido, ¿sí podemos hablar de que existe una cultura del Occidente del país que nos da señas de identidad? A estos cuatro estados y quizá algunos dos o tres más.

RESPUESTA: Sí, claro. Yo considero que el origen histórico de por sí ya condiciona y conforma esta región. A ello también agreguemos los aspectos políticos y geográficos más las vías de comunicación (o incomunicación) y todo esto contribuye a constituir un perfil, una manera de ver el mundo. Por ejemplo, nuestra cercanía con Colima, desde tiempos remotos, ha sido un factor importante para configurar los intercambios y establecer los vasos comunicantes entre nosotros y ellos. En Ciudad Guzmán estamos más cerca de la capital de Colima que de la capital de Jalisco. Y en este sentido la cuestión cultural rebasa los límites geográficos y políticos. Entonces, en ese sentido, creo que hay puntos de convergencia entre colimenses y guzmanenses (por solo dar un ejemplo) que hacen que sea deseable estudiar las literaturas que se producen de uno y otro lado de los volcanes.





PREGUNTA: A ti te tocó iniciar esta nueva andadura del curso de literaturas regionales. Esta es la segunda emisión del mismo y ahora se eligió hablar de los poetas (el semestre anterior se habló de prosistas). ¿Tiene algún significado que sea Jalisco quien encabece estas discusiones? Mejor aún, ¿hay una causa por la cual estudiaremos primero a los poetas jaliscienses? Y si hay una causa, ¿también la hay en cuanto a los dos poetas que elegiste y no a otros? ¿Cómo elegiste a los poetas que representarán a Jalisco?


RESPUESTA: Bueno, aquí influye, desde luego, el conocimiento y el gusto de cada participante, de cada expositor. Definitivamente es uno de los criterios que, en mi caso al menos, sí destacaría. Yo no puedo hablar de la totalidad de los poetas jaliscienses, puedo hablar de algunos, pero en este sentido el criterio que para mí era más importante era mostrar aquellos que estaban trabajando con las nuevas generaciones; es decir, haciendo poesía infantil, porque podemos hablar de poetas efectivamente consolidados, con obras, con premios, pero que no se han atrevido o no han querido hacer poesía infantil. Entonces, para mí esa fue la clave, ¿no? Otro aspecto tiene qué ver con el hecho de que cada región contribuye a la producción literaria; poca o mucha, buena o mala, eso no importa, lo que importa es que aportamos con nuestro grano de arena al concierto nacional. Es decir, sabemos que hay premios que están convocados por instituciones federales para estimular la creación poética para niños y las universidades estamos obligadas a darle un impulso a ese esfuerzo.


Y ese fue el giro que yo quise darle al llamarle poetas de vanguardia. Era esa especie de clave para entender que tal vez la vanguardia es el público al que se va dirigido y no el estilo literario de principios del siglo veinte que conocemos con ese nombre de vanguardias.


PREGUNTA: Justo esa era la siguiente pregunta que te quería hacer y en parte la has contestado. Te propusiste hablarnos de los poetas de vanguardia de Jalisco y nos aclaraste que no te referías a las vanguardias en el sentido de los movimientos literarios de principios del siglo XX que fueron muy rupturistas, muy provocadores. 

Quiero decir, que cuando nos hablas de vanguardias no aludes a la idea de ruptura o de escandalizar, sino de autores que en provincia, en nuestros estados, hacen propuestas novedosas y por ello están a la vanguardia y no en la retaguardia. Porque entendí así el término vanguardia: vanguardia en oposición a retaguardia. ¿De qué manera se constituye un poeta en la vanguardia y no se deja amilanar por la retaguardia?

RESPUESTA: En el caso de los dos poetas de los que hablé, considero a Luis Eduardo García como uno de los poetas de Jalisco mejor informado en cuanto a los alcances de la poesía contemporánea y de sus límites; ha leído a muchísimos poetas y conoce la obra de muchísimos artistas, esto lo pone en la vanguardia.

Los dos autores que traté son grandes lectores, pero sus lecturas se han orientado a cosas diferentes y como señalaba el sábado en nuestra sesión, en nuestro país estamos pasando por un periodo de auge en términos de la producción cultural y mejor aún, del estímulo a la producción cultural.

Estos estudios los conducen a la caligrafía, en el sentido de que se puede escribir un libro de poesía para niños o un libro de poesía para adultos. Muy radical. Luis Eduardo es muy radical respecto de las expectativas que tiene de su lector. Esa sería la parte vanguardista de él. Yo hablaba ahí de la conciencia que tienen del público. Un libro como Bádminton no es para cualquier lector, ni siquiera para un lector promedio. Necesita otro tipo particular de lector. Y por el contrario, los poemas de Una extraña seta en el jardín tienen una condición muy diferente pues el autor tiene conciencia de que existe un público llamado niños y está dispuesto a escribir también para ellos.

En el caso de Alejandro von Düben, quien también es un espléndido lector, ha incursionado en cuento y novela juvenil. Ojo, quiero decir que produce tanto novela juvenil como poesía infantil. Entonces por ahí creo que pasa esta especie de movilización hacia el deseo, por supuesto, de sobrevivir como un escritor a tiempo completo y por lo tanto también apostar por el sistema de difusión y apoyo cultural.

Este tipo de confianza en las instituciones puede conducirlos a la creatividad. En resumen, tal vez le he dado muchas vueltas a esta idea, lo que quiero decir es que la poesía no tiene fronteras ni géneros, ni necesita de movimientos rupturistas ni necesita escandalizar. Estos dos autores son artistas en general y poetas en particular.  A veces cultivan un género a veces otro, y no pasa nada, en todo lo que hacen son buenos. La vocación de ellos es la poesía. Ese es el espíritu que genera toda su producción, incluso aunque no se trate de un libro de poemas lo que estén haciendo, en realidad hacen poesía, como explicaba en la sesión. 

Ellos son muy creativos pues promueven la literatura a través de talleres, de publicaciones periódicas, de páginas web. Finalmente, es necesario decir que estos dos poetas, estos dos espíritus artísticos, se han asentado en dos diferentes zonas geográficas de nuestro estado. Pertenecen a dos regiones del estado de Jalisco muy diferentes entre sí: el primero estableció sus fueros en la zona central, en Guadalajara, el segundo vive en nuestra región sureña, aquí en Ciudad Guzmán. Hace tiempo que en nuestro país hemos roto el centralismo: desde una pequeña ciudad provinciana se puede ser poeta de vanguardia. 





PREGUNTA: Si aceptamos que existe una literatura regional, como lo aceptamos, los escritores regionales tienen que enfrentar muchas dificultades y dos muy significativas ya las has aludido. Una es la cuestión de que hay un centro ominoso que pesa mucho y que obliga a que se le imite. El otro problema importante, del que también ya hiciste alusión, es la cuestión de la profesionalización del oficio: vivir de escribir. ¿Cómo estos dos lastres determinan la literatura regional? ¿Tú sientes que estas dos pesadísimas rocas ya fueron vencidas o que algún día se van a vencer o que nunca se vencerán?

RESPUESTA: Yo creo que esas dos dificultades ya han sido superadas desde los años noventa del pasado siglo. Esto se debe en parte a la gran cantidad de apoyos que hay; hoy por hoy, un escritor regional puede vivir de las becas. O sea, sí, ciertamente sí, ya lo habíamos visto desde la Generación Inexistente, como se catalogan los escritores nacidos en los años setenta. Los que vinieron después, los más jóvenes, todavía reciben más apoyos que estos primeros. Hay becas jugosas que permiten a poetas como Alejandro von Düben, vivir durante un año con cierta solvencia. Es decir, los jóvenes poetas de provincia no necesitan trabajar en otras cosas y ser escritores en sus tiempos libres, sino que son  escritores de tiempo completo. Y el hecho de que también haya ya un estímulo a nivel nacional muy fuerte y que cualquiera pueda participar de esos premios, pues hace que un escritor de Saltillo, tanto como uno de Guerrero o uno de Veracruz, pueda competir. Entonces, me parece que hay un impulso a nivel nacional que permite a los escritores el no tener que mudarse a la capital (ni a Guadalajara ni a la Ciudad de México). Hoy por hoy, desde cualquier parte del país, se puede trabajar de tiempo completo como escritor. Yo creo que eso sí es posible.


PREGUNTA: En el siglo XIX los intelectuales latinoamericanos, si querían hacerse escritores, tenían que irse a París a vivir en las buhardillas o mínimo, trasladarse a la capital de su país. Recuerdo aquellas memorias de Altamirano en las que cuenta cómo se trasladó caminando en parte y en parte a lomos de un burro desde su pueblo serrano en Tixtla hasta la lejanísima capital del estado, Toluca, para pedirle ayuda económica al gobernador y así establecerse en la ciudad de México. Por lo tanto, hoy, un joven, los que estudian letras con nosotros aquí en Ciudad Guzmán, por ejemplo, ¿ya no están obligados, si quieren formar parte de esta vanguardia de la que nos hablas, a migrar a Guadalajara o a la Ciudad de México? 


RESPUESTA: Pues no. No, evidentemente. Digo yo. Sigo pensando que está muy bien que la formación intelectual y artística de los escritores implique la mudanza, el viaje, porque finalmente esto significa experiencias ricas para un artista, pero no por obligación. No, es otro el impulso el que podría llevar –en todo caso– a éste a emprender el viaje, no el aprendizaje como formación artística. Viajar sí, pero no por una cuestión económica, ni social. Hoy, la verdadera literatura se puede hacer en París o en Zapotlán, da igual. 

Entonces sí, creo que eso ya es una ventaja. Y ahora que lo mencionas, pues a lo mejor podría también implicar una desventaja en términos de formación, del Bildungs, es decir, con el viaje, con la iniciación juvenil como proceso indispensable en la formación intelectual. En fin, no sé, el fenómeno es complejo.

Pero, por otro lado, es necesario darnos cuenta de que el cultivo de determinado género literario (cuento o poesía, por ejemplo) es determinante para definir lo que entendemos por literaturas regionales; es decir, pienso en Hiram Ruvalcaba que es de Ciudad Guzmán. Él muchos de sus cuentos los hace  suceder en una ciudad inexistente: Tlayolan; esta población, sin duda, es un trasunto de Ciudad Guzmán.

Proceder así contribuye, sin duda, a configurar una literatura regional. En poesía ocurre menos, o no lo he encontrado de manera directa; quiero decir que en poesía no es importante que haya referencias a lugares concretos. Sería interesante hacer un rastreo. Además, muy a propósito ahora que celebraremos que Guadalajara será capital mundial del libro.

Imagínate, para nosotros, los investigadores de la literatura, sería muy interesante rastrear en nuestros estudios obras que hablen de regiones en concreto; por ejemplo, buscar novelas, cuentos, historias que se desarrollen en Guadalajara como escenario; sería muy interesante hacer ese seguimiento. Tal vez es un pendiente para la crítica y los estudios literarios.





PREGUNTA: Pues si te parece bien, empecemos a charlar más detenidamente de los autores que ocuparon este sábado nuestra atención. Hablemos en el orden en que los expusiste; hablemos primero de Luis Eduardo. 

Fueron varios los aspectos que nos explicaste de su obra, pero hiciste hincapié en su poesía infantil. De los dos nos leíste ejemplos de poesía infantil. Me gustaría que empezáramos haciendo un deslinde, la cuestión de los “géneros mayores” o, si se quiere, que si existen los “géneros menores” en poesía. ¿La poesía infantil es un “género menor”? Entiendo que todos los que estábamos en la sesión éramos adultos. 

¿Por qué adultos leen o deben leer poesía infantil?

RESPUESTA: Bueno, la literatura es literatura independientemente del género que se cultive o del público que la consuma. Yo creo que esta revelación espiritual que es la poesía puede ocurrirle a cualquiera, adulto o menor. El escritor puede pensar en dirigirse a un público homogéneo que se convertiría en su destinatario, y éste se puede pensar en términos de niños o adultos pero, ¿quién le garantiza que serán de interés sus poemas a unos o a otros? Como decía Borges, una vez publicados sus poemas ya no eran suyos, sino de los otros, acaso de la tradición, pero ya no de Borges.

Es como lo que decía al respecto de Luis Eduardo García. Luis Eduardo es capaz de prodigiosos juegos estilísticos y formales. Creo que no se propondría que éstos fueran atractivos para los niños, que fueran del gusto de los niños, aunque él por otro lado, puede concebir imágenes de una gran sencillez y de una gran verdad que sí son accesibles a los menores. Es decir, lo poético está en lo que el poeta escribe no en el tipo de público al que pueda dirigirse.


PREGUNTA: ¿Cuáles son las principales preocupaciones o los principales temas en la obra de Luis Eduardo?

RESPUESTA: Como comentaba hace un momento, la poesía tiene unos límites precisos, pero no nos es dable a nosotros establecerlos; es ella la que los determina. 

Más aún, La poesía, por otro lado, tampoco tiene unos límites claros para nosotros en cuanto a sus fronteras objetuales; quiero decir que la poesía no se limita a los versos, su relación con el resto de las artes contemporáneas es compleja. Creo que para Luis Eduardo la poesía es también una forma de exposición del absurdo del momento histórico en que vivimos, de la mercadotecnia, de la fama, de lo que no es verdaderamente artístico. Su visión de lo poético a través del humor negro o de las ironías sutiles le queda patente desde un primer momento al lector avisado. 

Quiero decir que en él la poesía es consustancial al ser humano en su vida, en su historia, en sus miserias. Y con esto creo responder a la pregunta, si se me hiciera, respecto de la temática en la poesía de Alejandro von Düben. Aunque también debo hacer matices, por ejemplo, Alejandro es un poeta más optimista; para él, definitivamente, la poesía tiene la cualidad de la transformación en la manifestación o en la exposición de la manifestación de diferentes niveles de realidad. Es decir, sobre todo los que permiten la imaginación de cada persona, niño o adulto o joven. Quiero decir que para Alejandro una puerta lo es en cuanto que sirve para cruzar de un espacio a otra cuando ella nos libera el tránsito, aunque una puerta también puede ser una tabla de surf. Siempre nos propone una realidad alternativa a través de la imaginación pero, sobre todo, ambos poetas tienen preocupaciones semejantes en cuanto al uso del lenguaje. Éste es para ellos una preocupación y a la vez una tendencia. Aunque en von Düben hay todavía fe en la humanidad. Tal vez porque es un poeta más joven. Alejandro crea para el lector una realidad alternativa que a través de la exposición de lo amable que tiene el mundo logra establecer un contacto entre poesía y lector. Sí, en efecto, es un contacto, pero también es una transformación de la persona a través de la poesía y el arte. 


PREGUNTA: A finales del siglo XIX la poesía en lengua española rompió con la idea de que hay ciertos temas que son exclusivos de lo bello literario y que por consecuencia hay temas que están excluidos de lo poético. No sé, López Velarde nos propone que hay un “clima como ala de mosca” o el verso provocador construido con tautologías cuando dice “el amor amoroso de las parejas pares” o Machado cuando dice “moscas voraces y pertinaces, me evocáis todas las cosas”. Quiero decir que desde fines del siglo XIX la poesía tomó caminos que buscaban la desacralización. Los dos autores que tú nos propusiste incursionan por éstos. En particular, recuerdo que una persona del público quería que se leyese un poema al retrete. ¿Cómo hacer un poema al retrete? ¿Dónde está lo literario en este objeto? 

RESPUESTA: Bueno, hablaba yo hace rato de cómo Alejandro von Düben trata de mostrar una realidad distinta o paralela a la vida cotidiana. Si nada más pensamos en el excusado como un lugar en donde vamos a echar nuestras heces, como la mayoría lo piensa, pues inevitablemente le transmitimos a los niños que éste es una especie de monstruo, como un ser vivo que nos puede destruir o consumir o tragarnos. Con su poesía von Düben nos muestra esa realidad paralela que puede tener la vida.

El libro en que aparece ese poema se llama Veinte poemas para construir una casa y en él se muestra al lector diferentes espacios de la casa que son cotidianos pero que muchas veces no los pensamos con la compleja realidad que implican.

Me hiciste pensar en un libro de ensayos de Laura Sofía Rivero que se llama Dios tiene tripas en él habla sobre los desechos, sobre la manera en que tratamos de ocultar que todo el tiempo generamos desechos, particularmente excreciones que van a parar al inodoro. Es muy bueno. Le dan a la autora un premio por este libro.

Pues bien, Alejandro en este libro que ya digo, nos muestra diferentes espacios de la casa, no solamente el que tiene que ver con las visitas recurrentes por fisiológicas razones. Y no es que se le cante al excusado, sino que se canta a ese otro espacio imaginario que si nos fijamos bien, puede manifestarse con el lenguaje a través de la personificación de objetos que normalmente o tradicionalmente no serían personificados.


PREGUNTA: Pues una última pregunta, por lo que a mí toca Luis, independientemente de lo que tú quieras agregar. Es una observación que hacía respecto del ánimo de los asistentes. Me parece que todos estábamos muy

entusiasmados con los poetas y la visión que ellos transmiten de lo que es la poesía, de lo que es lo bello poético, aunque desde una perspectiva convencional de lo bello literario muchos versos que escuchamos no lo serían. ¿Cómo crear un ambiente de aceptación entre el público de esta forma anticonvencional de lo poético? 

RESPUESTA: Pues yo creo que es necesario hacer un esfuerzo mayúsculo.

Más que dejar hablar a la poesía hay que dejar hablar a la obra de arte, mostrarla sin prejuicios y con apertura. Yo creo que si nosotros hemos logrado conmovernos con un poema y por eso lo escogemos para nosotros, para compartirlo, pues tiene ciertas probabilidades de ser bien recibido por muy provocador que sea. ¿Por qué? Pues porque estamos convencidos de que al menos en nosotros tuvo un efecto. Quizá no se puede convencer a todo el mundo de que esas líneas son hermosas y dignas de nuestra consideración. Pero esto último no importa, la poesía nunca ha pretendido concitar la unanimidad en su entorno.

Yo creo que cuando un poema se comparte, sobre todo leyéndolo en voz alta como lo hicimos, los lectores se conectan fácil. Por el contrario, cuando un poema se propone a un público heterogéneo sí se corre el riesgo de que algunos no establezcan una conexión profunda. Pero a mí, la verdad, esto no me preocupa. Hay poemas, ya lo dijo Borges, que no son para todos. No todos los textos son para todos. Todo el mundo tiene derecho a disentir. Nosotros, los profesores de literatura, debemos ofrecer al público lector lo que nos parece mejor, no se puede hacer de otra manera, y lo debemos hacer con la esperanza de que llegue al mejor puerto posible.


ÚLTIMAS PALABRAS DEL ENTREVISTADOR: Muy bien, pues eso es todo en lo que a mí toca. No sé si quisieras tú agregar algo más.

ÚLTIMAS PALABRAS DE LUIS ALBERTO PÉREZ-AMEZCUA: Pues nada. Nada más. Agradecerte por este tiempo de la entrevista y agradecerle a los demás colegas de las otras universidades que organizan estos cursos de literaturas regionales por haberme permitido ser parte del seminario e invitar a nuestros lectores, a quienes lean esta entrevista, a que asistan a las restantes sesiones, se la van a pasar muy bien.




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