domingo, 7 de junio de 2020

Sociedad dormida








Rafael Martínez Rodríguez

En todo país donde su sistema político es democrático, la singularidad es, que en el pueblo reside el poder de elegir a sus gobernantes y decidir el rumbo sociopolítico de su sociedad, sin embargo, en nuestro país con nuestra democracia pareciera que no es aplicable el principio rector mencionado, pues el pueblo no manda, el pueblo no decide y solo se limita a callar. 

          En nuestra zona sur de Jalisco vemos a nuestros pueblos callados, entumidos políticamente, sobrios de decisiones y conformista, donde se limitan a dejar transcurrir el periodo de gobierno sin exigir resultados, sin exigir las promesas de campaña de quien ahora ocupa los cargos públicos. Es lastimoso ver como el progreso deja de lado nuestro distrito, rescatándose algunos municipios donde sus representantes se esfuerzan por llevar recursos a sus localidades, a pesar de que el gobierno federal sigue acaparando el presupuesto y olvidando a los pueblos que tanto lo necesitan en medio de la pandemia que vivimos.

      En lo general vemos un Zapotlán el Grande que pareciera que está en campaña política de forma permanente, donde permanecer en el poder es la prioridad dejando a un lado a su sociedad que tanto le ha apostado a un proyecto político que aún perdura. En Tamazula poco ruido se hace, pero el hecho de que se eligiera de nueva cuenta a un expresidente es un indicio de que el confort ha ganado en las urnas, ha ganado una posición política que generó una costumbre en su gente.




     Tuxpan esta opaco en muchos sentidos, a pesar de haber reelegido a su presidente, pues lejos quedaron aquellas promesas de transformación y de grandes gestiones de recursos, ahora solo incrementaron los malos servicios públicos, el conflicto y fricción con su gente y que en forma general provocaron un desplome en la popularidad y aceptación de su representante.

       Sayula se ha caracterizado de ser un municipio lineal que tiende a la mutualidad y que sus gobernantes solo se limitan de cierta forma a llevar a cabo las acciones que su pueblo exige, poniendo un claro ejemplo de sociedad organizada en el sur de nuestro estado. 

      Con este panorama general de los municipios representativos del sur, tenemos un denominador común, y es precisamente el silencio que ejercemos como sociedad, el silencio que le está costando caro al futuro de nuestros niños y jóvenes, el silencio que presentamos al ver las arbitrariedades de nuestros representantes, el silencio que embarga nuestro futuro y lo vuelve incierto por la torpeza de la forma de gobernar de ciertos políticos. 

      Ese silencio tarde o temprano nos cobrara factura de haber callado cuando se necesitaba alzar la voz y exigir a nuestros gobernantes esmero a la hora de ejercer el poder, ese mismo silencio nos provocara la mayor frustración como sociedad cuando nos demos cuenta el daño que puede hacer un mal gobernante, un representante corrupto e incapaz, por ello no podemos permitirnos callar a la hora de las decisiones difíciles en nuestros municipios. 

       Concluyó esperando que como sociedad recuperemos la voz de exigencia que atemorizaba a los políticos engañosos, a los políticos oportunistas y de ocasión, aportando a nuestra sociedad lo mejor de nuestras experiencias para construir una mejor sociedad, y termino parafraseando a Dante Alighieri “los lugares más obscuros del infierno están reservados para aquellos que mantienen su neutralidad en épocas de crisis moral”.     


  


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