jueves, 1 de diciembre de 2016

El Héroe de Berlín






José Luis Vivar

 

Los remordimientos de conciencia de la sociedad estadounidense no dejan de ser una constante en el Cine. Lo que ayer fue un acontecimiento histórico, el día de hoy se convierte en motivo de expiación. El esclavismo, la limpieza étnica de los indios norteamericanos, los derechos civiles de los afroamericanos, la guerra de Viet Nam, etc. Cada uno de esos episodios es una vergüenza nacional que debe exorcizarse para no cargar con todo el peso de la culpa; de allí que estos temas resulten un éxito o un fracaso en las taquillas.

El Héroe de Berlín (Stephen Hopkins, 2016), es una de esas cintas que divide opiniones: para unos es buena, para otros, sencillamente mala. No obstante la biografía del corredor negro Jesse Owens es interesante pero se trata de esas historias que no atraen a las grandes multitudes, por carecer de violencia explícita o escenas de sexo. Esto impide que no sea el éxito de taquilla que se espera, razón por la cual pasa inadvertida, y propicia que aquí en México no sea estrenada en ninguna sala del país, sino enviada para su distribución y venta en formato Blu Ray y DVD.

Aun con todos esos atenuantes, la historia del mencionado atleta comienza desde sus orígenes humildes en Cleveland Ohio hasta su llegada a los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, donde se muestra la efervescencia Nazi en su máximo apogeo, y donde el arma más poderosa de los súbditos de Hitler son los hombres y mujeres, prototipos de la raza aria que participarán para llevarse todas las medallas.

Claro que la discriminación para los atletas afroamericanos y judíos no estaba esperándolos al otro lado del Atlántico, sino en su propia casa. Hopkins tiene el acierto de mostrar las vicisitudes que debieron enfrentar Owens y sus compañeros de piel oscura, así como los de origen hebreo para conseguir un boleto para participar.

Y resulta paradójico que mientras en los escritorios del Comité Olímpico estadounidense se discutía la participación o no de los Estados Unidos y sus aliados, en esas mismas tierras se libraba una batalla entre la dignidad y los prejuicios sociales de los blancos, quienes no veían con buenos ojos que esos descendientes de esclavos participasen.

Así que las batallas que libra Owens en casa, tiene su similar en el representante de esos juegos el magnate Avery Bundage  (Jeremy Irons), que se enfrenta nada menos que con Joseph Goebbels (Barnaby Metchurat), Jefe de Propaganda Nazi, y para quien esos juegos son totalmente suyos. Los argumentos de uno y otro contrastan, porque cada uno quiere salirse con la suya.
Mientras que en medio de esa vorágine se halla la cineasta Leni Riefensthal (Carice Van Houten), que piensa hacer un gran documental para resaltar la grandeza de la fuerza y el espíritu alemán.

Estos personajes junto con el entrenador de Owens, Larry Snyder (Jason Sudeikis), y el enemigo a vencer, el atleta Nazi, Carl “Luz” Long, se complementa un cuadro excepcional que hace esta película memorable, porque cada uno de ellos interpreta un instante en la Historia Universal.

Cuenta la leyenda que Owens ganó sin ningún problema cuatro medallas, y que en la primera, cuando alcanzó un tiempo récord en los 100 metros, Adolfo Hitler abandonó el estadio para no darle la mano. Eso es lo que se ha dicho en incontables ocasiones, pues bien, la película no muestra esa escena, en cambio sí muestra que Gobbels lo justicia diciendo que si saluda a un negro deberá hacerlo con todos los atletas que resulten ganadores.

Hasta el último de sus días, Owens aseguraba que tras bambalinas el Führer se había acercado para estrechar su mano y felicitarlo por su grandiosa hazaña. No obstante, siguen apareciendo voces que tratan de anular esto y afirmar que eso nunca sucedió pues todos habían visto a Hitler salir de prisa con un fuerte equipo de seguridad.

Lo que haya sido. Con el triunfo de ese atleta afroamericano finalizó el mito de que la raza aria era mejor que todas las que existen en el planeta. Su triunfo aun sirve de inspiración para muchos jóvenes corredores que ven en ese hombre el coraje y el valor que tuvo para enfrentar los prejuicios de una época y salir adelante como un auténtico gigante.


SIPNOSIS

Década de los años 30. El joven Jesse Owens (Stephan James) es el primero de su familia en ir a la Universidad. Es su entrenador de atletismo, Larry Snyder (Jason Sudeikis), el que en seguida se da cuenta del tremendo potencial del joven atleta afroamericano, y le sugiere participar en las Olimpiadas. Pero, a su alrededor todo son dificultades, ya que el joven tiene obligaciones familiares, y además sufre en primera persona el racismo virulento de aquellos tiempos. Aparte de la cuestión política: ya que se debate si Estados Unidos podría o no competir en unos Juegos Olímpicos que tienen lugar en la Alemania liderada por los nazis. 

Será gracias al compromiso del enviado estadounidense Avery Brundage (Jeremy Irons), cuando se confirme que Owens participe en las Olimpiadas de 1936. Él y su entrenador viajarán entonces a Berlín. Y será allí cuando el legendario atleta salte a la fama, al dejar al mundo boquiabierto con sus espectaculares marcas. Owens ganó cuatro medallas de oro en estas Olimpiadas, cosa que echaría por tierra la teoría de Hitler sobre la supremacía de la raza aria.

Basada en hechos reales, El héroe de Berlín está dirigida por Stephen Hopkins (House of Lies, Llámame Peter). Su reparto protagonista cuenta con los actores Stephan James (Selma, Degrassi: la nueva generación), Jason Sudeikis (Somos los Miller, En campaña todo vale), Jeremy Irons (Batman v. Superman: El amanecer de la justicia, Tren de noche a Lisboa), Amanda Crew (Silicon Valley, El secreto de Adaline), Carice van Houten (Juego de Tronos, Intruders) y William Hurt (Cuento de invierno, Daños y perjuicios).

Título original Race
Distribuidora DeaPlaneta


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