jueves, 21 de agosto de 2025

Muere el fuera de serie “Capitán Garfio”


 

Eduardo Ramírez Ruelas



Cuando pienso en seres humanos “fuera de serie”, no sé por qué razón viene a mi mente el proceso industrial con bandas enormes, en donde se fabrica algo con el proceso de producción, donde paso a paso de manera repetida y mecánica, se va integrando una manufactura. Al final son millones de productos totalmente iguales. Así muchos seres humanos han ido creando su vida siguiendo patrones y moldes preestablecidos por la sociedad. Garfio se salió de la banda de producción y fue un hombre diferente.



En vida llevó el nombre de Rogelio Padilla Gómez, quien nació el 24 de agosto de 1942, en Teocuitatlán de Corona, Jal. El apodo de Garfio se le dio con sorna por haber casi perdido la mano derecha en una explosión dentro de un simulacro de guerra, cuando participaba de joven en el Pentatlón de Guadalajara. De esa explosión sólo salvó el dedo meñique y la mano le quedó trunca a manera de garfio. Yo creo que tambn ayudó al apodo sus enormes cejas negras y su penetrante mirada de bucanero.



Fue un “fuera de serie” por la vida que llevó. Sin límites ni restricciones y con un espíritu incansable en todo lo que se proponía. Fue miembro de AA (Alcohólicos Anónimos) y se cansó del sistema arcaico y falto de innovación de esas agrupaciones y por esa razón fundó el CRREAD (Centro de Recuperación y Rehabilitación para Enfermos de Alcoholismo y Drogadicción). La frase que distinguió a esta organización: VIVIR PARA SERVIR. Muchos grupos por toda la República se abrieron gracias a su incansable labor. En Canadá y Estados Unidos fue objeto de reconocimiento por su labor altruista.

Pero en este texto quiero destacar otra labor que realizó dejando huella imborrable en el sur de Jalisco: me refiero al periodismo. El periodismo del sur de Jalisco perdió a uno de sus pilares fundamentales en los años ochenta y noventa. Más de una década pudo darle vida al periódico “El caudillo”, del que fuera director, redactor y distribuidor; en medio de todas las dificultades que implica esta labor periodística. Su impreso se hizo famoso en la región de la ribera de la laguna de Sayula: Atoyac, Amacueca, Techaluta, Sayula y Teocuitatlán, pudieron disfrutar de las crónicas y editorial de tan genial periodista quien no sólo retrataba la vida diaria de estos pueblos, sino que iba más allá, llegando a la crítica y denuncia pública.





Según registros del mismo periódico, el tiraje llegaba a más de mil ejemplares y llegó a tener más de ochocientos lectores con suscripción pagada. El propio José Luis Martínez, curador de la literatura mexicana, recibía su periódico que Rogelio le enviaba por correo hasta su propio domicilio en la Calle de Anzures de la ciudad de México. Yo mismo fui testigo en Atoyac como la gente esperaba cada número, como quien espera al panadero que lleva el pan calientito casa por casa. Su periódico levantaba críticas, pero nunca dejó de leerse.

Recibí la triste noticia por parte de su compañera de los últimos años que Rogelio Padilla Gómez falleció en ciudad Victoria, Tamaulipas el pasado 12 de agosto. Ojalá que los futuros periodistas conozcan el trabajo de Rogelio Padilla Gómez y tomen el ejemplo de un periodista de verdad fuera de serie. Descanse en paz mi gran amigo Rogelio Padilla Gómez. Ahora “El Mariscal Garfio”.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Popular Posts