Víctor
Hugo Prado
En
febrero de este año, en la edición de Harvard
Business Review, la
investigadora Carolyn Bruckmann publicó el artículo “La recesión
de la amistad: el arte perdido de conectar”. En él analiza cómo
la “recesión de la amistad” —una preocupante disminución de
las amistades significativas— está echando raíces lentamente en
nuestras vidas.
Cita un estudio de la American
Perspectives Survey,
que revela un dato alarmante: el
número de adultos
estadounidenses que dicen no tener “ningún amigo cercano” se ha
cuadruplicado desde 1990, alcanzando el 12%. En contraste, quienes
afirman tener “diez o más amigos cercanos” se han reducido en un
tercio.
Antes, las personas entablaban conversaciones
espontáneas con desconocidos en cafés, restaurantes, parques o
lugares comunes. Hoy, muchos se sientan solos, desconectados del
entorno. En Estados Unidos, las comidas en soledad han aumentado un
29% en los últimos dos años. La situación ha llegado a tal punto
que la Universidad de Stanford creó un curso llamado “Diseño para
amistades saludables”, subrayando que formar y mantener vínculos
ahora requiere aprendizaje y esfuerzo deliberado.
Esto no es
únicamente un problema social, sino también una crisis cultural que
alcanza a los mexicanos. La amistad ya no puede ser un lujo
ocasional: debe convertirse en prioridad. La soledad ha dejado de ser
una elección para transformarse en un hábito. Si no invertimos
tiempo consciente en cultivar amistades, no solo será difícil
forjar nuevas, sino que también perderemos las que ya tenemos.
El
estudio señala que muchas personas han limitado su vida social a
interacciones virtuales, obligaciones familiares e incluso al cuidado
de mascotas, a tal grado que algunos evitan reunirse porque no pueden
dejar solos a sus animales.
En su libro The
Top Five Regrets of the Dying
(Los cinco principales
arrepentimientos de los moribundos),
Bonnie Ware recoge un lamento recurrente: “Ojalá
hubiera mantenido el contacto con mis amigos”.
La
ciencia es clara: el aislamiento social aumenta el riesgo de
enfermedades cardíacas, demencia y mortalidad, y puede ser tan
dañino como fumar 15 cigarrillos al día. Por el contrario, las
amistades fortalecen la salud mental, física y emocional. Un estudio
de Harvard concluyó que la principal fuente de felicidad y bienestar
en la vida no es la riqueza ni el éxito profesional, sino las
relaciones cercanas.
Como escribió el poeta indio Mirza
Ghalib: “Oh Dios,
concédeme la oportunidad de vivir con mis amigos… pues puedo estar
Contigo incluso después de la muerte”.
Así que cierre el celular, dé el primer paso y vaya al encuentro de
sus amigos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario