jueves, 7 de agosto de 2025

El mural de trazos vivos del libro de visitas de Fray Antonio de Ciudad Real

 



Ing. Francisco Javier Sánchez Gómez
*



Frente a los tiempos idos, el arte forma un ancla que perpetúa hasta que el material y el cuidado lo permiten, jirones de tiempo, instantes históricos y hazañas épicas que comulgan con el lienzo o la forma. Pero cuando estos hechos se trasladan a la palabra escrita, la imaginación; en su empeño, trata de modelar los sucesos propuestos por el autor, muchos de estos de una belleza tal, que nos conmueven como si fuesen una obra de arte.



Fray Antonio de Ciudad Real nace en 1551 en una provincia de Castilla la Nueva, región de la mancha denominada Ciudad Real, y se conoce que en 1566 ingresa a la orden franciscana a la edad de 15 años. Se “puede entonces afirmarse que Ciudad Real llegó a Indias a los 22 años de edad y que allí permaneció 41 años durante dos periodos discontinuos, uno de 16 años y el otro de 25, es decir, de 1573 a 1589 el primero, y de 1592 a 1617 el último”1. En 1584 Fray Alonso Ponce de León, el cual tenía los títulos de "confesor y predicador de la Provincia de Castilla" y guardián del Convento de Nuestra Señora del Castañar", fue designado comisario general de la Nueva España, por lo que en unos meses se prepara para viajar a nuestro territorio, “A principios de octubre de este año fray Antonio de Ciudad Real se encontraba en Tetzcoco convaleciendo […] y teniendo de él noticias el padre comisario le envió llamar, mandándole por obediencia que fuese a su presencia a México. Hízole así el fray Antonio, y llegado allá, Ponce. Le mandó por la misma obediencia que le acompañase y fuese su secretario y luego le entregó el sello de su oficio"2.


Recorrido de Fray Antonio de Ciudad Real con Fray
Alonso Ponce de León en el occidente de México. 2018.
Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas.
Disponible en: http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/156_01/tratado_curioso.html




Es así como Fray Antonio de Ciudad Real comienza su andanza con Fray Alonso Ponce de León, de 1584 a 1588, visitan innumerables conventos franciscanos desde Nayarit en nuestra patria hasta el país de Nicaragua. Llegando al convento de Tuchpa en el año de 1587, y realizando esta extraordinaria narración que denominaré un mural de trazos vivos:


“Había muchas ramadas y en ellas puestos altares, y en cada ramada había mucha gente, indios e indias, a las puertas de las casas tenían levantadas en lo alto muchas banderillas de lienzo blanco, y de mantas de algodón muy labradas de muchas labores; junto al convento estaba el cuerpo de la gente del pueblo, con música de flauta y chirimías, y entre la gente había como doscientas indias doncellas, de las de la doctrina, puestas todas en procesión en dos órdenes o rengleras, la mitad a una parte y la otra mitad a la otra, todos con tocas largas, muy blancas, y sobre las cabezas puestas guirnaldas de flores, iban estas doncellas cantando Te Deum Laudamus en lengua mexicana, con tanta devoción”3.



La imaginación nos trasporta a un cuadro plástico impresionante, los indígenas de Tuxpan con ese elemento devocional en flor de piel, las notas del náhuatl dibujando los colores del entorno, los rostros ataviados de historia viva, la vestimenta tradicional, las calles polvorientas engalanadas, las flautas y chirimías sustentando el movimiento y los muros de piedra del convento naciente, todo esto es digno de que prevalezca en la posteridad.



*Consocio del Capitulo Sur de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco.



1- Ciudad Real A. (2019). Tratado curioso y docto de las grandezas de la Nueva España. Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas. p. LXXV

2.- Ibid. p. LXXVII

3.- Ortiz M. (2009). Tuxpan su historia. H. Ayuntamiento Constitucional 2007-2009 de Tuxpan, Jalisco. p. 43




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