domingo, 5 de octubre de 2025

Tradiciones de mi pueblo de Norma de la Cruz Ignacio

 


Pedro Mariscal


La tradición religiosa en Zapotlán el Grande y el sur de Jalisco, es característica de los pueblos que se han desarrollado alrededor del Huehuetépetl, o la montaña del Nevado El Colima.



En toda esta parte del sur de Jalisco hay una identidad cultural que se manifiesta a través de la religiosidad popular y que une elementos de la cultura indígena, con los elementos de inculturación católica impuesta por los españoles, lo que generó un rico sincretismo cultural que otorga un sentido de identidad muy mexicano a las tradiciones que se fueron construyendo con este bagaje cultural sumamente mestizo.

Somos la mezcla y la síntesis de muchas culturas, tanto de América como de Europa. La cultura europea nos llegó a través de los invasores españoles, que eran transmisores de la cultura griega y latina, y también arabesca, pues España estuvo ocupada por los árabes ocho siglos: (del año 711 al 1492) cuando los Reyes Católicos toman la ciudad de Granada.




Entonces, nuestra identidad cultural también incorpora una fuerte cantidad de elementos culturales, lingüísticos y científicos del pueblo árabe. Pero también contamos con una importante influencia anglosajona, y ya entrados en materia, hasta rusa, india, japonesa y de otras latitudes. Por algo nuestro tiempo, es el tiempo de la globalización.

Pero… ¿a qué viene todo esto?, ¡Ah!, pues a propósito de este bello ejemplar titulado TRADICIONES DE MI PUEBLO, de la poeta popular Norma de la Cruz Ignacio. Este ejemplar es un libro de poemas que recoge los sentimientos mas profundos del sentir religioso de un pueblo que danza con alegría, y ora siempre a su santo patrono Señor San José. Pero también a sus santas patronas como la Virgen del Rosario, a Sr. San José de los Rayos, a la Santa Cruz, etc.




Con esta aportación literaria la poeta popular Norma de la Cruz Ignacio pone de manifiesto la extraordinaria cultura mestiza y el sincretismo cultural que une elementos de indiscutible raíz indígena, con elementos de inculturación occidental. Por eso, Norma de la Cruz Ignacio le rinde homenaje, a través de sus versos, a las festividades de religiosidad popular de nuestras comunidades del sur de Jalisco.

También le canta a la figura del sonajero y de la sonajera y a sus tradiciones dancísticas y organizativas, a la veneración de la Santa Cruz y a la Santa Cruz del Norte; a la fe, la tradición y la cultura del compromiso comunitario alrededor de la autoridad paterna, para asumir como familia, en primer término; y como comunidad, en segundo, la realización de la festividad en honor a la Santa Cruz del Norte.

A través de breves construcciones poéticas organizadas en cuartetos, a manera de coplas, Norma de la Cruz Ignacio nos cuenta, con su mirada inquisitiva , la belleza de las tradiciones de este pueblo grande… “que de tan grande nos hicieron Ciudad Guzmán”: el enroso, el reparto de décimas, la separación de la semilla de la flor de cempaxúchitl, la siembra y la cosecha de esta flor; el ambiente de las fiestas patronales de algunas parroquias como las de Sn Pedro y San Antonio, la tradición de la rezada de un novenario, la dolorosa ausencia física de sonajeros, el albazo a la Virgen del Rosario. También dedica sencillos y emotivos versos a los devotos del enroso al señor san José de este año, el matrimonio compuesto por el señor Carlos Axel Flores Valdovinos, su señora esposa Elva María Ventura López y su pequeña hija, Alba Tzaputlatena.

                                                  


Quiero decir que Norma de la Cruz Ignacio nos muestra, en las primeras páginas de este libro (contiene 119 pp) su declaración de amor por su terruño… ¡Zapotlán!: “Orgullosamente soy de aquí”, Dice Norma, “Zapotlense de Corazón” “Zapotlán de mis recuerdos”, pero también pone de relieve el noble oficio culinario del birriero. Hay sonajeros que son birrieros y hacen un manjar exquisito con ese platillo típico mexicano, que también da muestras del mestizaje en la elaboración de los alimentos.


Bueno, hasta don Paco Farías, periodista reconocido de Zapotlán, mereció unos versos de Norma de la Cruz Ignacio. Y no se queda afuera la tradición de la elaboración del Patole y su preocupación por el medio ambiente, a través de sus versos dedicados a la tragedia del Incendio Forestal. La alfarería —como oficio— también capta su atención, y hasta las Hijas de la Tiznada tuvieron lugar en este poemario popular.





Norma de la Cruz Ignacio es una voz, la voz del pueblo, la voz de la mujer sonajera QUE ALZA LA VOZ para cantar, para reconocer, para denunciar, para dar el pésame, para agradecer, para describir poéticamente las tradiciones de su pueblo al que le guarda un cariño grande. A norma de la Cruz Ignacio le interesa que las futuras generaciones se empapen de las tradiciones de su pueblo y de su cultura de vida comunitaria, como una estrategia de resistencia a la cultura de la muerte, del consumismo y de dominación del gran capital.


Para revertir la nefasta influencia de la cultura de la muerte, de la violencia, la depredación y de las drogas, Norma de la Cruz Ignacio nos invita, a través de su poesía, a fomentar la lectura y la cultura de la identidad comunitaria, a través de la ayuda mutua y de la solidaridad.


Disfrutemos de las letras que nos regala la poeta popular Norma de la Cruz Ignacio en este hermoso ejemplar de su libro: Tradiciones de mi pueblo.



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