Los conflictos emocionales, muy profundos, y a
veces totalmente olvidados, persisten de forma desapercibida en el
subconsciente.
Solamente por acción positiva puedo eliminar
los vestigios de culpabilidad y vergüenza causados por el alcohol.
En todas mis desventuras de mis días de bebedor, mis amigos me
decían, “¿por qué estás haciendo esto? Solamente te estás
haciendo daño a ti mismo”. Muy poco sabía yo qué ciertas eran
estas palabras. Aunque yo había causado daños a otros, algo de mi
comportamiento me había causado graves heridas en el alma. El Paso
Ocho me ofrece una manera de perdonarme a mí mismo. Yo alivio muchos
de mis daños ocultos cuando hago una lista de aquellos a quienes he
herido.
Al hacer reparaciones, me libero de cargas,
contribuyendo así a mi mejoramiento.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario