Pedro Valderrama Villanueva
Sigo aún en tu búsqueda,
como tras de un fantasma,
tú, la inasible…
Emmanuel Palacios
En 2024, Keli Ediciones dio a conocer la investigación que realicé para recuperar la vida y obra literaria de Emmanuel Palacios (escritor nacido en Tolimán, Jalisco, en 1906, y fallecido en la Ciudad de México, en 1987) titulado Obra reunida. Este libro respondió, primeramente, a mi interés por recuperar la obra de escritores jaliscienses del pasado y en el olvido. Anteriormente realicé una primera recuperación breve de la obra de Arturo Rivas Sainz en Crítica: ensayos y reseñas (2006), después me enfoqué en la obra editorial de Adalberto Navarro Sánchez y Ernesto Flores.
Por lo general, los entusiastas
nos remitimos a los trabajos elaborados por connotados investigadores
como José Luis Martínez, Luis Mario Schneider, Miguel Capistrán y
María de Lourdes Franco Bagnouls, cuya labor, en buena medida, se ha
enfocado en este tipo de productos. O tomar como modelo los libros
publicados, por ejemplo, por Ediciones Cátedra (de la colección
Letras Hispanas) o Castalia Ediciones (de la colección Clásicos
Castalia). En Jalisco, este tipo de trabajos no abundan. Algunos de
los estudiosos que han dedicado sus esfuerzos para recuperar (y
publicar) la obra dispersa de autores del pasado son Vicente Preciado
Zacarías, Silvia Quezada, Luis Alberto Navarro Calderón, Miguel
García Ascencio, Efraín Franco Frías, Ricardo Sigala, Milton Iván
Peralta y Carlos Axel Flores Valdovinos.
Por otro lado, el
investigador independiente, penosamente, también se percata del
limitado interés de las editoriales oficiales o independientes para
difundir la obra de escritores del pasado y en el olvido. Es decir:
aún estamos a años luz de la intensa labor de rescate y difusión
que se lleva a cabo en la Ciudad de México o en países como España
y otras más.
Fue a inicios de 2022 cuando comencé con la
acuciosa labor de ordenar los datos y materiales compilados por
varios años para elaborar la edición dedicada a Emmanuel Palacios.
Por fortuna, un par de años después, Héctor Martínez, al frente
de Keli Ediciones, al enterarse del proyecto mostró un interés
genuino por “aventarse al ruedo” y publicar el libro.
Tratándose de mi primera incursión en la publicación de un
trabajo con estas características, surgieron, desde luego, varias
incógnitas, puesto que, hasta ese momento, poco o nada se conocía
sobre el poeta tolimense. Otro aspecto importante que debo resaltar
es que no tuve acceso al archivo personal de Palacios o contacto con
algún familiar del ex miembro del grupo que conformó Bandera
de Provincias
y colaborador de revistas capitalinas como Contemporáneos,
Taller,
Occidente,
Cuadernos
Americanos
y Ábside.
Es decir: trabajé con los datos y textos que, a lo largo de los
años, pude juntar y, desde luego, dependiendo también de la
intuición. El producto final fue un libro dividido en varias
secciones: introducción, poesía, prosa, textos escritos en torno a
la vida y obra de Palacios, su bibliohemerografía (tentativamente
completa) e imágenes. En fin, solo me restaba esperar nuevos
hallazgos sobre la obra de Palacios para publicar más adelante una
nueva edición con otros datos y materiales.
Muy recientemente
tuve la fortuna de visitar en su domicilio al hermano menor de
Emmanuel Palacios, don Germán Palacios, y quien, por cierto, para mi
sorpresa, vive muy cerca de la preparatoria donde laboro. La plática
amena con don Germán, connotado acuarelista y académico, me arrojó
nuevos datos sobre la vida de su hermano y a confirmar varias
sospechas en torno a su trabajo. Además de numerosas anécdotas
familiares, el artista me compartió un legajo grueso de fotocopias
cuidadosamente conservadas en una carpeta durante varias décadas,
dentro de ella me deslumbró la cantidad de materiales que el mismo
Emmanuel Palacios le hizo llegar a su hermano mucho tiempo atrás. Me
topé con poemas inéditos, entrevistas, artículos, una relación
completa de sus poemas publicados en antologías y revistas, además
de una fotocopia de su único poemario con anotaciones realizadas por
parte del autor de Vida
a muerte
(1937), entre otros materiales valiosos. Ante esta sorpresa, no pude
evitar pensar que tal vez Emmanuel Palacios le envió estos
materiales a su hermano de Guadalajara por si algún gambusino, en el
futuro, lo localizara en busca de información y materiales de su
autoría. Todo esto me pareció como aquello de arrojar un mensaje en
una botella al infinito mar con la esperanza de que le llegue a
alguien lejano. Por fortuna, dicha botella, después de varios
decenios de viaje, llegó a mis ojos y manos.
Estos nuevos
hallazgos, indudablemente, ameritan que le dé una cuidadosa revisión
a mi primera versión de Obra
reunida de Emmanuel Palacios y,
desde luego, anexarle estos nuevos materiales. Ojalá en los próximos
años se concreten nuevos libros que también reúnan si no la obra
completa de un autor al menos una amplia muestra de su producción,
pues en la medida que los investigadores cumplamos con dicho cometido
estaremos, de acuerdo con Magdalena González Casillas, acercándonos
a nuestra misión principal: “Son los ignorados a quienes debe
descubrir la investigación regional”.
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