miércoles, 30 de julio de 2025

La catedral de Zapotlán el Grande

 



Esteban Cibrián1


Lo que desde el siglo anterior desearon nuestros ancestros, hoy, a nosotros felizmente nos tocó verlo realizado y celebrar con júbilo lo que ellos tanto anhelaron: ver convertida la región Sur de Jalisco en Diócesis y a nuestra ciudad, sede de la jurisdicción espiritual del Primer Prelado, Excmo. Dr. D. Leobardo Viera, designado por Su Santidad Paulo VI. Sólo eso faltaba para hacer honor a su nombre verdadero, legítimo, conquistado desde tiempos muy remotos de ZAPOTLAN EL GRANDE.



Recordemos con este motivo, que en la época precortesiana políticamente Tzapotlán fue cabecera del Señorío Chimaluacano (sic), cuyo tlatoani tuvo bajo su jurisdicción a los pueblos del Sur. Al ser conquistado este Señorío en 1522, pasó a ser Encomienda de Hernán Cortés y fue aquí la residencia del Mayordomo. En 1531 la Real Audiencia de la Nueva España lo convirtió en Corregiduría y aquí residieron los Corregidores, siendo el primero Gonzalo Moreno. Igualmente lo fue del Alcalde Mayor de todos los pueblos de la región. Después de la Independencia fue Zapotlán la cabecera del IX Cantón.


En lo espiritual, Tzapotlán fue la sede del Conquistador espiritual Fray Juan de Padilla. Así lo dice en su Crónica Fray Antonio Tello: “…llegó (1532) a aquel valle y fue la última vez que provincia de Tzapotlán y residió en un pueblo llamado Tenamaxcatitlán y desde allí corría a las provincias de Tlamalozan, Tochpan, provincia de Dávalos, que es Tzaulan, Amacueca, Atoyac, Tzacoalco y provincia de Amula2”. Por su parte Fray Nicolás de Ornelas afirma: “…iba a Tenamaxcatitlán que era cerca de Tzapotlán, donde tenía otra vivienda pobrísima, desde donde evangelizaba a la provincia de Amula”.





Después espiritualmente pasó a pertenecer al Obispo de Michoacán en tiempo del Obispo Don Vasco de Quiroga. Pero en 1795 por gestiones del insigne Obispo Fray Antonio Alcalde, quedó agregada esta vasta región a la Diócesis de Guadalajara. Mas en 1799, los M. Rvdos. Padres de la Orden Franciscana dejaron de ejercer su misión para dejar en su lugar al Clero Secular.


Que desde el principio de la Colonia fue reconocido como GRANDE, este pueblo, lo dijeron los más destacados cronistas, entre ellos el historiador mexicano Don Francisco del Paso y Troncoso, quien encontró en la Biblioteca Nacional de Madrid un importante documento que se titula: Visitas de los Pueblos de la Nueva España por orden Alfabético. La ficha número 115 se refiere a Zapotlán y proporciona datos interesantes, como es el primer censo hecho en 1550. De allí tomamos el siguiente párrafo, en el que el cronista denuncia la abundancia y grandeza de todo en Zapotlán.


Dice con respecto a esto el cronista: “…tiene pocas tierras, pero cogen mucho bastimento y trigo, se dan bien las frutas de Castilla de todo género. Es gente de mucha razón; hay muchos principales y muchos moradores de muchas lenguas y mucha gente rica".





***

Nuestro Templo Máximo fue puesto al culto el 8 de octubre de 1900 con carácter de Iglesia Parroquial. Hoy pasa a la categoría de suntuosa Catedral y sede de la Diócesis del Sur de nuestra Entidad. Esto sugiere hacer historia de este monumento que es el producto del esfuerzo de varias generaciones de este Pueblo Católico por excelencia.

Ante todo debe reconocerse que la relativa rapidez con que se levantó nuestra Catedral se debió a la afabilidad de los Párrocos, con cuyo carácter se hicieron comprender, amar y respetar de sus feligreses; a su espíritu apostólico con el que infundieron amor y gratitud en ellos hacia el Sr. San José Patrono y Protector del Pueblo, respondiendo con creses.


Dije “con relativa rapidez", pues haciendo comparaciones con la Catedral de Guadalajara que es de la misma magnitud de nuestra Catedral, recordemos que aquella se construyó por orden de la Cédula Real de Felipe II, de 18 de mayo de 1561, disponiendo que su costo fuera a expensas de la Caja Real, de los Encomenderos y de los indios. Fue puesta en servicio el 19 de febrero de 1618 por el Dean Dr. Antonio Ávila de la Cadena en sede vacante, y la fachada no estaba completa. Es decir, aquella se puso en servicio a los 57 años de haber sido iniciada su construcción, en tanto que la Catedral nuestra a los 34 años de que se puso la primera piedra y su costo fue únicamente por el Pueblo.





Inició esta Catedral el Sr. Cura Bachiller D. Antonio Zúñiga Ibarra. En previsión del futuro de Zapotlán el Grande y con la anuencia del Excmo. Dr. D. Pedro Espinoza y Dávalos primer Arzobispo de Guadalajara, tuvo en mente levantar el nuevo templo de tal magnitud, que al quedar terminado denunciara su catedralidad, con doce apoyos; ocho columnas esbeltas, dos esquineros junto al altar mayor y dos que sostienen el coro representando a los Doce Apóstoles que se ven en los emplomados de los ventanales. Con asistencia del V.


Clero y el Pueblo, colocó y bendijo la primera piedra el 27 de mayo de 1866. Los cimientos se abrieron en el extremo Occidental del Cementerio, y esta pasó al solar que conocimos por "Panteón Viejo". El Sr. Cura Zúñiga murió 13 años después o sea en 1879, dejando muy adelantada la construcción, que continuaron con el mismo entusiasmo los Párrocos que le sucedieron: Pbro. Bernardino Anaya, Pbro. Dr. Atenógenes Silva, Pbro. D Pantaleón Tortolero, Pbro. D. Homobono Anaya, Pbro. Lic. D. Juan Jacobo Caldera y Pbro. D. Silviano Carrillo, a quien le tocó la Bendición y Colocación de la Iglesia.


El Sr. Cura Dr. Atenógenes Silva, para auxiliarse en las obras sociales, de beneficencia y obras materiales, congregó al Pueblo a su derredor, fundando el 30 de diciembre de 1881 la Sociedad Católica de Jesús, María y José, cuyo Presidente ordinariamente era un profesionista. Se recuerda por el momento los nombres de los Licenciados: J. Jesús Jiménez y Ricardo J. Hernández. A ella pertenecían todos los sectores sociales (hombres y mujeres). Era lo que hoy conocemos por Acción Católica, con varias Comisiones que eran dirigidas por un sacerdote; la de Escuelas por el Sr. Pbro. Arróniz, la de Beneficencia por el Sr. Pbro. Fermín Larios, la de Obras Materiales por el Sr. Cura Lic. Juan J. Caldera, etc. Me refiero aquí al año de 1891 o sea diez años después de haber sido fundada la Sociedad, organización que los Párrocos que le sucedieron al Sr. Cura Silva continuaron auxiliándose de ella. Para que se vea el entusiasmo conque ayudaba el pueblo para todo y en particular para la construcción de la Catedral, transcribo enseguida un párrafo del informe de 1891, tomado del manuscrito que guardo en mi poder:





En cuanto a los trabajos y adelanto de las obras en construcción durante el año que está por terminar, sólo diré a Ud. que se han levantado ocho machones sobre los que ha de descansar el pórtico de la Iglesia, empleándose en ellos más de 300 carretas de piedra que con tan buena voluntad han acarreado los Sres. Labradores. Se ha levantado un pórtico que está al concluir para cerrar el Jardín o Atrio de la Parroquia y además Se ha comenzado la Cúpula del Templo conforme a los planos y diseños el Sr. Ingeniero D. Domingo Torres que ha sido aprobado por el Ymo. Sr. Arzobispo".


"Para concluir sólo diré que por ahora me abstengo de insertar en este informe los nombres de las personas que con tan buena voluntad han estado sosteniendo de su propio peculio algunos mozos que están trabajando en dicha obra, así como de aquellas que se han tomado el trabajo de invitar a los barrios para que ayuden a los quehaceres relativos a la misma obra".


Dios Ntro. Señor guarde a Ud. muchos años.— ''Caridad y Constancia".— Zapotlán. Dbre. 27 de 1891.— Firmado.— Juan J. Caldera, Pbro".


Sr. Cura Caldera, después de titánica labor en la construcción de la Catedral, falleció el 14 de julio de 1895. El 20 del mismo mes y año lo sustituyó el Sr. Pbro. D. Silviano Carrillo e impulsó las obras sociales, de beneficencia y la construcción del templo con el auxilio que desde antes venía prestando el entusiasta e incansable P. Don Pablo Contreras, quien se encargaba de organizar entre los agricultores el acarreo de piedra del pedregal de Apaztépetl, traída varias veces en el año en más de 50 carretas. También el P. Contreras recogía casa por casa durante el año, el “Préstamo de Sr. San José"; monedas que los vecinos depositaban en alcancías de madera. Así con el esfuerzo y buena voluntad del Pueblo el Sr. Cura Carrillo logró dejar expedito al templo para poder ser estrenado.





Afortunadamente los Párrocos para las obras que proyectaban, tuvieron el tino de reunir y consultar al Pueblo. Por eso, el 29 de diciembre de 1899, previa cita los vecinos, realizó en el nuevo templo en construcción una gran Asamblea el Sr, Cura Carrillo con lleno completo en sus tres naves. Allí, tanto él como el Excmo. Obispo de Colima Dr. D. Atenógenes Silva, manifestaron al pueblo la conveniencia de abrir al culto el nuevo templo para celebrar en esa forma la entrada del Siglo XX y para que, en octubre de 1900, se celebraran por primera vez las fiestas en honor del Patronato del Pueblo Sr. San José. Hicieron notar que para ello era indispensable equipar la iglesia de todo lo necesario, solicitándole para ello la cooperación del Pueblo. Con aclamaciones se recibió la iniciativa y se ofreció la inmediata ayuda, que desde luego fue efectiva como en seguida se verá.

ALTARE$.— El altar de Sr. San José quedó a cargo del Agricultor D. Patricio Castillo. El de la Virgen del Rosario, a petición del Sr. Cura Carrillo, quedó a cargo del Pueblo, recibiéndose las cooperaciones en la Casa Comercial de los Sres. Villanueva Hermanos. El de Virgen de Guadalupe lo costearon los Sres. Juan E. Carlos B. Palomar. Para los demás, varios vecinos entregaron sus donativos al Sr. Cura.

PINTURA DEL TEMPLO. — La decoración del Templo fue ofrecida por el Sr. Severo Vizcaíno, Mayordomo de la Función de octubre de 1900, y se comenzó en junio del mismo año. Esa decoración no es la actual, pues ésta se hizo muchos años después bajo el proyecto y dirección del Sr. Pbro. Enrique Gómez Villalobos y ejecutada por el Sr. Genaro Rodríguez.

SAGRARIO.— Para el Sagrario, el Sr. Arzobispo D. Jacinto López aportó la cantidad de mil pesos e igual cantidad dio el Sr. Cango. Dr. D. Francisco Arias y Cárdenas.

PUERTAS.— Por iniciativa del Sr. Cura Silviano Carrillo, las puertas (que son las actuales), fueron costeadas por donativos de quienes entonces éramos niños. En óvalos que cada cual tiene, fueron grabados nuestros nombres en láminas de latón.

VIACRUCIS.— El Viacrucis, fue donado por el gran benefactor zapotlense Cango. D. Francisco Arias y Cárdenas. Son copia de los cuadros que cuelgan en los muros interiores de la Catedral de Puebla, que son obra del pintor Miguel Cabrera.

VIRGEN DE LA PIEDAD. — Esta escultura que conocernos por "Nuestra Señora de las Angustias" fue obsequio del Cr. Canónigo Arias y Cárdenas, y es obra del P.D. José María Placencia.

SAN VICENTE La escultura que está en su propio altar, es obra del escultor D. Abraham Fuentes. Se opina que fue costeada por la Sociedad de San Vicente de Paul.

ÓRGANO. — El Sr. Cura Carrillo lo adquirió en la Fabrica “La Guadalupana" de Guadalajara, del Sr. Francisco Godinez, en la cantidad de $5.500.00 El Ecxmo. Dr. D Jacinto López Arzobispo de Guadalajara, dio mil pesos, igual cantidad entregó el Canónigo Arias y Cárdenas. De este órgano al parecer ya nada queda de las partes que tuvo.

CRISTALES. — En junio de 1900 el S. Cura D. Silviano Carrillo contando con la amplia cooperación del Pueblo, mandó traer de la ciudad de México 1,276 vidrios para puertas y ventanas. Pero cabe aclarar al respecto que no son los que actualmente vemos, pues aquellos fueron quitados para colocar en su lugar los hermosos emplomados que fueron adquiridos cuando el Sr. Lic. D. Basilio Cardona fue Mayordomo de las fiestas de octubre,

Con esto y más, aquel año, nuestra Catedral quedó expedita como Templo Parroquial, para el culto que se inició el 8 de octubre de 1900. De aquella fecha a la presente, debido al desprendimiento de los Mayordomos y del Pueblo se ha enriquecido más, y será motivo para otro artículo.3

El Informador. 2 de julio de 1972. Pág. 12-C



1.- El historiador y periodista Ángel Moreno Ochoa, opinó sobre el trabajo periodístico de Esteban Cibrián: “…es uno de los periodistas más discutidos de Zapotlán, y su leal constancia lo ha colocado como historiador de la región. Sus artículos son amenos y de interés. Igual que José O. Cueva, Esteban Cibrián sufrió tenaces persecuciones y hasta ha estado preso en la Zona Militar durante épocas cálidas por las que ha atravesado nuestra patria. No obstante, ha logrado salvar todos los escollos y se ha colocado en un alto puesto de superación periodística. A últimas fechas lo que más lo honra es la lucha viril y justa que emprendió a favor de los tlayacanques (varas del pueblo), que de hecho personifican la raza indígena de Zapotlán”. En: Moreno Ochoa, Á. (10 de febrero de 1963). Historia del periodismo de Zapotlán el Grande. El Informador, pág. Última B.

Nota al margen. El periodista José O. Cueva estuvo preso uno meses en Guadalajara por haberle encontrado en la sala de redacción de su periódico El Azote, una carta dirigida al señor Francisco Cuevas, una fotografía del Gral. Lauro Rocha y un Manifiesto firmado por rebeldes. Su defensor fue el abogado Saturnino Coronado (en 1947 fue gobernador de Jalisco). Lo detuvieron en diciembre de 1936. Para las Fiestas Patrias de Zapotlán 1937, el periodista era encargado de organizar Las Mañanitas.


2.- La cita completa sostiene (se respeta la ortografía): “Prosiguiendo en lo que yba obrando el padre fray Juan de Padilla, según en lo que atrás queda referido, digo que llegó a la Provincia de Tzapotlán segunda vez, este año de mil y quinientos y treinta y tres, y residió en un pueblo llamado Tenamaxcatitlán, y desde allí corría las Provincias de Tlamatzolan, Tuchpan, Provincia de Avalos, que es Zaulan, Amacuecan, Atoyac [y] Tzacualco…” En: Tello, A. (1968). Crónica Miscelánea de la Sancta Provincia de Xalisco (Vol. 1. Libro II.). Guadalajara, Jalisco, México: Gobierno del Estado de Jalisco/UdeG/IJAH-INAH. Pág. 271.


3.- Por la investigación, transcripción, fotografía y notas: Salvador Encarnación.


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