domingo, 20 de julio de 2025

El primer texto publicado por Juan José Arreola

 


Fernando G. Castolo*


No. No fue “Sueño de Navidad” el primer texto publicado por el literato Juan José Arreola; él mismo lo dejó registrado en una carta que rescatara Orso Arreola y que se transcribe al interior de su libro "El último Juglar" (1998):




«Martes 15 de enero [1939]. Hace unas semanas publiqué en "Vigía" un artículo que firmé con el seudónimo Tartufo, para escudar en este personaje, símbolo de la hipocresía, mi primer engendro periodístico. Lo expresado en ese artículo no tiene ningún valor ideológico o literario. Espero que su contenido desconcierte a esa media docena de persignados que dirigen ese periódico, y a sus más fieles lectores.

Mi trabajo ha sido manufacturado con frases que llevan el sello inconfundible de lo doctrinario, digno solamente de los otros semanarios católicos de Zapotlán: "Omega" y "Hombre libre".

Es casi una burla para mí mismo haber consentido en escribir algo semejante, pero llevo dentro de mí la certeza de que solamente lo hice como un gesto de humor para desconcertar a los que me han oído hablar lo contrario. Me tiene sin cuidado la buena acogida dispensada por los censores de "Vigía" a mis gateaduras periodísticas. Tan es así que he aceptado de buena gana seguir diciendo idioteces por el estilo en las columnas del mencionado diario.
Más que politiquerías, me interesa escribir sobre otros asuntos menos vulgares y mucho más serios, pero por lo pronto no me siento con la capacidad para escribir algo que vaya más allá de lo mediano. Para medianías prefiero meterme con los tópicos de vacua actualidad que todos profanan, y así dejo intacto el terreno de la verdadera literatura, al que quiero penetrar a sabiendas de mi fortuna». [Arreola, Orso: "El último juglar, memorias de Juan José Arreola", Editorial Diana, México, D. F., 1998, pp. 85-86].





La fecha de la carta es errónea ―debe de ser―, dado que "Vigía" nace el 22 de enero de 1939. En efecto, gracias a las gentilezas del historiador Adrián Gil Pérez, cronista de Tamazula de Gordiano, quien posee una extraordinaria colección del medio periodístico fundado y dirigido por el también historiador Esteban Cibrián Guzmán, tuvimos acceso al primer artículo firmado por “Tartufo”, que aparece en la página 6, de la edición número 3, correspondiente al 5 de febrero de 1939.
Juan José Arreola tiene 21 años. Es un joven perspicaz que pretende burlarse de sí mismo. Es capaz de acercarse a temas de interés universal gracias a los periódicos que a diario lee en su casa; aunado a que acaba de retornar a Zapotlán después de una breve estadía en la Ciudad de México; eso le dio horizonte y tuvo herramientas para redactar lo que él llama “mi primer engendro periodístico”:

«La bancarrota del Comunismo

Una de las más evidentes pruebas de la derrota mundial del comunismo es la entrada triunfal a Barcelona de las tropas restauradoras de la paz y de la integridad de España, ya que esta plaza constituía uno de sus más significativos baluartes. Nadie desconoce que entre el pueblo Catalán encontró el bolchevismo algunos de sus más sanguinarios dirigentes, y que desde el principio fue denominada la plaza de Barcelona como la capital del Comunismo español. Se tenía esta ciudad como refugio inexpugnable de las huestes destructoras de España, se creyó por todo el tiempo que ha durado la lucha que el triunfo más difícil sería su captura, y he aquí que las defensas de Barcelona han sido aniquiladas en medio del desorden, y la ciudad ha sido conquistada, más bien que por medio de las armas, con la fuerza incontenible de la verdad.
Solo quedan ahora escasos reductos donde los rojos todavía luchas por conservar su tiranía, donde el calabozo y el fusilamiento siguen siendo el sistema para mantener el obrero engañado en el frente de combate, como defensor propicio de una causa innoble y destructora. Porque la prueba más conmovedora de que el pueblo Catalán era obligado a resistir el ataque de sus libertadores, a pesar de ser el más contaminado de España, la constituye esa delirante recepción con la victimada ciudad, simuló el paso victorioso del ejército franquista.




Más que como éxito militar, debe ser considerada la toma de Barcelona, como un triunfo de la verdad sobre el error comunista. Porque ahí donde los rojos mantuvieron una más organizada propaganda, ahí donde pudieron arrastrar más hombres a la lucha, ahí es donde la derrota ha sido más completa y aplastante.

La escasa defensa presentada al ejército conquistador, da la idea de una deserción unánime de los soldados rojos, y hace pensar en que los obreros y campesinos españoles han dado cuenta de su error, han comprendido que la causa que defendían les traicionaba a ellos mismos, y les hacía traidores a su patria; España misma, desangrada y destruida, es la prueba más evidente de esta traición. Solo queda esperar que esta terrible experiencia del pueblo español, sea un remedio ejemplar para el mal de otros países que parecen condenados a sufrir un idéntico destino, que el dolor de España al ver saqueados sus templos y sus muesos, al ver envueltas en llamas las joyas más valiosas de su arquitectura, sea un aviso y una lección para los pueblos amenazados por el comunismo.

El desastre de España, concebido por perversas inteligencias y consumada por manos irresponsables, parece llegado a su fin, sólo una porción mínima de España queda por conquistar, y es hora ya de que principie su reconstrucción. Reconstrucción doblemente meritoria y difícil; erigir de nuevo las ciudades devastadas, y orientar el criterio de los hombres engañados, hacer que vuelva a resucitar en el espíritu de todos sus hijos el aliento patriótico de España, para unirlos en la organización de la nueva sociedad construida sobre principio de equidad y de justicia.

Hagamos nuestro el regocijo de Barcelona y el de todo el mundo que lucha contra el comunismo, porque el reciente triunfo logrado por el pueblo español, es un triunfo para todo aquel que espera el resurgimiento y el progreso de la humanidad.

Tartufo»


*Historiador e investigador.


TAMBIÉN PUEDES LEER:


1941. El primer cuento de juan josé arreola “sueño de navidad”







No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Popular Posts