Salvador Mateo
Al
momento de escribir estas líneas, de acuerdo con el último corte de
Protección Civil del estado de Jalisco, había diez fallecimientos
relacionados con el presente temporal de lluvias. Hubo siete víctimas
directas y tres indirectas. Del total de pérdidas humanas, una
ocurrió en el interior del estado: un hombre fue arrastrado por la
corriente Usmajac-Sayula, en el sur de la entidad. El resto de los
decesos se registraron en los municipios del Área Metropolitana de
Guadalajara (AMG).
Una de las lluvias más intensas fue la de
la tarde del martes 15 y la madrugada del miércoles 16 de julio en
el AMG. Dejó como saldo preliminar la muerte de una bebé de tres
meses, múltiples personas atendidas por servicios médicos y
cuantiosos daños materiales, principalmente en el municipio de
Zapopan. Hasta el momento no ha sido encontrado el cuerpo de la joven
motociclista de Zapopan Vanessa Elizabeth Espino Estrada, reportada
como desaparecida tras esta intensa tormenta.
La Dirección de
Protección Civil y Bomberos de Zapopan informa que el nivel del agua
alcanzó los siete metros de altura en algunas zonas. Se reportaron
399 personas afectadas en La Martinica por la inundación de la noche
del martes, con un total de 144 casas dañadas en menaje, de las
cuales 27 viviendas presentaron fallas estructurales. También se
contabilizaron 21 comercios dañados y al menos 40 vehículos
arrastrados por la corriente.
Es de reconocer el operativo para
atender la emergencia en La Martinica, en el que participó un estado
de fuerza de 735 elementos de los tres niveles de gobierno, incluidos
personal de la Guardia Nacional y del Ejército. Se movilizaron 187
vehículos, entre maquinaria especializada, camionetas pick up,
camiones de volteo, pipas y retroexcavadoras, entre otros automotores
y herramientas.
Asimismo, es necesario hacer un sincero
reconocimiento a la solidaridad del pueblo tapatío, que donó
víveres y enseres básicos para los damnificados a través de los
diferentes centros de acopio. Pero esta y otras acciones solidarias
no resuelven el problema, pues atienden las consecuencias, no las
causas.
De acuerdo con investigadores de la Universidad de
Guadalajara (UdeG), tras varios años de investigación, análisis y
recopilación de datos sobre los daños, el problema va más allá de
la falta de infraestructura o la acumulación de basura, y no se debe
al exceso de agua, pues en Guadalajara siempre han sido abundantes
las lluvias.
Los académicos de la UdeG aseguran que una de las
causas principales es la instalación obsoleta de los colectores de
agua en la ciudad, que datan de hace más de 60 años. Las tuberías
no tienen capacidad de captar y conducir toda el agua, por lo que
esta termina en la superficie.
Por su parte, el relator
especial sobre el derecho al agua y el saneamiento de la ONU, Pedro
Arrojo Agudo, señaló durante su visita a México que la voracidad
urbanizadora que se registra en el Área Metropolitana de Guadalajara
y en la Ciudad de México provoca que el impacto del cambio climático
sea mayor, con inundaciones, flujos de agua por calles y avenidas con
más fuerza y la aparición de socavones.
El relator destacó
que en Guadalajara falta agua durante la sequía y sobra cuando este
escurre sobre una superficie impermeabilizada, terminando masivamente
en drenajes insuficientes. Urge controlar la voracidad urbanizadora y
articular estrategias de urbanismo sostenible adaptadas al cambio
climático.
Las pérdidas humanas y materiales por inundaciones
en Guadalajara son desgracias evitables; solo se necesita voluntad
política de las autoridades de los tres niveles de gobierno. El
Colegio de Ingenieros Civiles del Estado de Jalisco estima que se
requieren 72 mil millones de pesos durante los próximos nueve años
para resolver el problema de inundaciones y socavones en el AMG. Esta
inversión serviría para cambiar las redes hidrosanitarias y
construir un sistema de drenaje profundo.
Sin embargo, invertir
en infraestructura no ha sido una prioridad para las autoridades. Los
gobiernos no enfrentan la situación y reducen el presupuesto para
obras hidrosanitarias. Un reporte de la organización no
gubernamental México Evalúa revela que, en los primeros cuatro
meses del presente año, la inversión en infraestructura por parte
del gobierno federal cayó a 157 mil millones de pesos, un recorte de
33.9 % respecto al mismo periodo de 2024, y sustancialmente menor al
registrado en el primer año de Peña Nieto.
El pueblo tapatío
y del país debe aprender de las desgracias: en medio de las
tragedias debe descubrir cuál es y dónde está la raíz del
problema, y así poder exigir a los gobiernos municipal, estatal y,
sobre todo, federal que realicen la inversión necesaria en obras de
regulación y conducción del agua excedente de las lluvias, para
resolver el problema de las inundaciones de una vez y para
siempre.
Los mexicanos no podemos permanecer pasivos ante
nuestros propios problemas y carencias, sean cotidianos o violentos
como las inundaciones que nos golpean hoy. Debemos confiar en nuestra
fuerza numérica y en nuestra capacidad para enfrentar y resolver
cualquier problema, cualquier dificultad que se nos presente. Para
lograrlo, tenemos que organizarnos y luchar unidos, todos los que
somos y nos sentimos pueblo.
Los derechos del pueblo no se
mendigan, se conquistan. Hoy más que nunca, el pueblo mexicano tiene
que aprender a pensar bien y a organizarse, aunque sea obligado por
el látigo de las desgracias. Sólo así hallará al fin la salida
del laberinto de pobreza, enfermedad, violencia y marginación en el
que hoy se encuentra y se siente perdido.
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