lunes, 21 de julio de 2025

Un don inapreciable

 




En este punto es muy probable que hayamos obtenido una liberación, al menos parcial, de nuestros defectos más devastadores. Disfrutamos de momentos en los que sentimos algo parecido a una auténtica tranquilidad de espíritu. Para aquellos de nosotros que hemos conocido únicamente la agitación, la depresión y la ansiedad —en otras palabras, para todos nosotros— esta recién encontrada tranquilidad es un don de inestimable valor.




Estoy aprendiendo a “desprenderme” y “dejarlo en manos de Dios”, a tener una mente abierta y un corazón dispuesto a recibir la gracia de Dios en todos mis asuntos; de esta manera puedo experimentar la paz y libertad que vienen como resultado de la entrega.

Se ha demostrado que un acto de entrega, que se origina en la desesperación y en la derrota, puede convertirse en un continuo acto de fe, y que la fe significa libertad y victoria.


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