Víctor
Manuel
Mendoza Sánchez *
La
Archicofradía de la Virgen del Refugio fue establecida en la
población de Tuxpan a iniciativa del presbítero Lorenzo Plasencia,
quien propuso al señor cura J. Melquiades Ruvalcaba promover esta
devoción mariana entre los feligreses, respondiendo así a la
arraigada tradición católica de la región.
En el año de
1940 se emprendieron las diligencias necesarias para su afiliación
oficial, dirigidas a la sede matriz de dicha organización, que se
encontraba establecida en la Parroquia de San Sebastián de Analco,
en la ciudad de Guadalajara. Fue el día 24 de octubre de ese mismo
año cuando se formalizó la solicitud de agregación, la cual
culminó favorablemente el 20 de noviembre, fecha en la que se
expidió el acta correspondiente de incorporación a la Archicofradía
de la Santísima Virgen María Refugio de Pecadores,
erigida canónicamente.
Se mandó a elaborar un cuadro de la
Virgen del Refugio a exprofeso para dicha cofradía y actualmente se
encuentra en el templo parroquial de San Juan Bautista, este fue
bendecido por el reverendo padre Liborio de la Fuente, religioso
pasionista que se encontraba en Tuxpan predicando una santa misión
entre el 3 y el 19 de enero de 1941. No obstante, la inauguración
oficial de la Archicofradía tuvo lugar el 4 de mayo del mismo año,
consolidando así su presencia en la vida religiosa de la
comunidad.
La primera mesa directiva estuvo integrada por la
señora Rafaela López, en calidad de presidenta; Ma. Jesús López
de Campos, como vicepresidenta; y Ma. Guadalupe López, quien
desempeñó el cargo de tesorera. Asimismo, fungieron como celadoras
las señoras Cándida Cortés, Ma. Carmen Arias viuda de Silva, Ma.
Rosario Rolón, Domitila Paredes y Epigmenia López. En su fundación,
la Archicofradía congregó a un total de 160 socias, quienes,
mediante su participación activa, contribuyeron a la difusión y
conservación de esta devoción, haciéndose llamar
“Refugianas”.
Esta agrupación piadosa se mantuvo en
funciones durante varias décadas, desempeñando un papel
significativo en la vida parroquial y comunitaria de Tuxpan. Hoy en
día, aunque la Archicofradía ha desaparecido como organización
formal, persisten en la memoria colectiva los recuerdos de su
fervorosa actividad y sobreviven algunas pequeñas imágenes al óleo,
conservadas en nichos, que antaño se utilizaban para recolectar
limosnas destinadas a su sostenimiento y a la celebración de sus
festividades.
*Consocio
del Capítulo Sur de la Benemérita Sociedad de Geografía y
Estadística del Estado de Jalisco, A.C.
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