Marco Antonio Gabriel
“Los gatos de Singer” es un libro de ocho cuentos, que según nos informa la nota introductoria, está dedicado a tres gatos de la calle (una joven madre y dos cachorros) que se encontraban varados en el Parque Morelos, y que tal vez por suerte y la prisa de nuestro joven narrador, ya no se encuentren en esta realidad de guerras y enfermedad. Al parecer, hay culpas que se añejan en nuestras almas y que buscan una forma de salir, no de expiarse, sino de revelarse. Digo, quién de nosotros no ha visto a un gato callejero, en medio de este mundo, con la carita tierna y esos ojitos limpios, y ha pensado: me lo llevo a casa, pero en casa no hay espacio, además, hay muchos aranceles, o tal vez no, hay mucha guerra, o tal vez no, muchos pecadillos y muerte, sobre todo eso.
La
imagen de portada es de Henriëtte Ronner-Knip, pintora
neerlandesa-belga conocida fundamentalmente por sus pinturas de
animales y, en particular, de gatos (las imágenes de sus pinturas ya
son de dominio público, según internet).
En las 138 páginas que conforman
este libro, podemos leer cuentos como “Los gatos de Singer” que
le da título al libro, “Paisaje de Bliana”, “Una aproximación
al hambre y al ruido”, “La maestra de piano”, para quienes
siempre han amado a sus profesoras, “Fantasmas”, “Preludio”
como un punto en el horizonte, “1881” como una fábrica
intempestiva e “Interpretación al sonido de una puerta”.
Los gatos, por este libro, se
pasean, se escabullen, son ignorados o son noticia, matan y son
cazados; toman leche de un cuenco que les dejan los niños y se
vuelven diablos en historias bifurcadas, en las letras del narrador.
Son el espejo que se debe dominar y que nos espanta; es un cazador
como una bestia, cargando la piel de un león a sus espaldas, que por
momentos lo engulle, y son trenes en ascenso, en busca de atrapar la
incertidumbre del destino. Culpa y honor, hermosos y terribles, pero
eso sí, nos mantendrán al borde de los renglones, esperando nos
caigan encima con la grave amenaza de la belleza.
Excelentes cuentos. Mientras hacía
esta presentación, los cuentos temblaban en mi mente, me hacían
imaginar los polos opuestos, que muchas veces no son tan opuestos,
por ejemplo: el odio y el deseo sexual, la aventura y la adversidad,
la guerra y esa paz que llega por momentos, escurridiza, como
sonriendo, como un espejismo que, al llegar a ella, nos muestra que
no existe, que solo parece un pueblo perdido, a mitad de la nada, en
la inmensidad del cosmos, como nuestra vida.
Es cierto que no todo en “Los
gatos de Singer” son gatos, hay otras historias que se cuelan en el
imaginario, acciones sorprendentes que se narran de manera hilarante
y arriesgada. Esas historias necesitan de alguien que observe
detenidamente, que encuentre esas fibras entre las líneas de los
acontecimientos, de eso que no conocemos hasta que lo vemos, y, sin
embargo, es difícil de explicar. Así Alejandro Balaam, nos muestra
un mundo lleno de referencias a otros libros, películas, mitos,
autores, países y tiempos lejanos; un mundo que parece cosecha de la
ficción y con todo, siempre nos trae a este que estamos viviendo,
abro comillas: “o al menos es un espacio de tiempo, blanco y
rumoroso, entre los atrasos, los paros y las muertes”.
Muchas gracias por su atenta lectura, los invito a devorar estos cuentos de poco a poquito, uno por vez, como si no quisiéramos descubrir estos tiempos convulsos en este libro.
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