Mariano Cariño Méndez
La
lucha de la clase trabajadora, aquellos que solo tenemos nuestra
fuerza de trabajo para poder venderla y sobrevivir, a lo largo de la
historia nacional y mundial ha demostrado ser el motor de los grandes
cambios sociales necesarios en cada tiempo determinado. Nuestro poder
reside en el número; en México, la clase trabajadora, aquellos que
tienen carencias de todo tipo, asciende a poco más de 88 millones de
habitantes y en el estado de Jalisco a 5.8 millones, pero, sobre
todo, reside en qué tan unidos estemos para poder defendernos y
organizarnos colectivamente para poder transformar la realidad en
favor de nuestra clase, que es la más desfavorecida de nuestro
tiempo. Si no, demos un vistazo sin prejuicios al entorno en el que
vivimos y la dura realidad nos pondrá en nuestro sitio.
A
pesar de ser mayoría en todos lados, seguimos sin ser fuerza; somos
como polvo humano disperso; la voz individual tiene poco eco al
denunciar las carencias que padecemos millones de mexicanos. Los
gobiernos en turno le apuestan al cansancio, a la desesperación
individual y a la resignación de los que padecen carencias de todo
tipo. Hacen creer que la inversión pública de la que disponen es
una bolsa de la que solo ellos pueden disponer y que, si por error
destinan a las carencias, lo hacen ver como un acto de benevolencia
de los funcionarios, cosa más alejada de la realidad, ya que la
inversión pública no es un acto de altruismo, sino una forma de
repartir la riqueza social que generamos todos con nuestro
trabajo.
El Movimiento Antorchista Nacional, claro de esta
visión, desde hace más de 50 años se ha dado a la tarea de
organizar y educar a los mexicanos, para que tengan presente el
origen de su miseria y que vean, en sus iguales, compañeros para
poder unirse y luchar por la construcción de una sociedad distinta,
una en donde todos podemos vivir dignamente, en donde se privilegie
al ser humano sobre la obtención de la máxima ganancia de unos
cuantos.
El pasado 9 de diciembre de 2024, los jaliscienses
organizados en el Movimiento Antorchista Nacional hicieron entrega de
un pliego petitorio al gobierno del estado que encabeza el Lic. Jesús
Pablo Lemus Navarro, en el cual se concentran las necesidades más
básicas de miles de jaliscienses, tales como: agua potable, drenaje,
red eléctrica para pueblos y colonias, rehabilitación de los
sistemas de drenaje pluvial, bacheo, reparación de caminos,
rehabilitación y dotación de medicamentos para los centros de
salud, empedrados de caminos, apoyos de vivienda, reparación de
carreteras estatales y caminos, pavimentación de calles, apoyo al
campo, construcción de aulas escolares, apoyos a casas de
estudiantes, tanques de almacenamiento de agua potable, muros de
contención, material cultural y deportivo, planta de tratamiento de
aguas negras, entre otras. Como usted lo puede ver, no se piden lujos
ni excentricidades, simplemente lo necesario para vivir dignamente. Y
vale mucho la pena recordar la obligación de los gobiernos, del
color que sean y a cualquier nivel, para responder a estas
necesidades.
Después de esperar, como siempre, más de 10
meses sin respuesta de ningún tipo por parte de las autoridades
correspondientes, los antorchistas hemos decidido iniciar la lucha
social por mejores condiciones de vida, una lucha a la que invitamos
a todos los jaliscienses que tienen necesidades de cualquier tipo y
que no han sido escuchados ni atendidos, a sumarse y a luchar juntos,
la realidad nos dice todos los días que debemos hacer algo por
transformarla; con el temporal de lluvias hemos sido testigos de
verdaderas catástrofes, como sociedad ¿no vamos hacer nada? ¿nos
queda la resignación por siempre y para siempre? Yo creo que no,
creo que la fuerza de todos al unísono puede generar
transformaciones auténticas en favor de la gente que siempre padece
y sufre.
Los antorchistas iniciaremos nuestra lucha
informándole a todos los compañeros del estado la nula respuesta
por parte de las autoridades correspondientes y, junto con ello,
informar a los habitantes en los distintos pueblos y colonias en todo
el territorio estatal e invitarlos a sumarse a la lucha, junto con
ello actividades de propaganda, para después lanzarnos a la
manifestación pública, como única vía para ser escuchados, pero
sobre todo, recibir respuesta a los planteamientos expuestos con
anterioridad. Es importante recordar que lo solicitado corresponde a
necesidades humanas necesarias para poder vivir dignamente.
La
realidad no se transforma con discursos o dichos, se transforma con
acciones y con la inversión pública que deben asumir los gobiernos
del país. Pero, como lo hemos visto hasta ahora, si dejamos a las
buenas intenciones de los que nos gobiernan, seguiremos en la misma
situación por mucho tiempo más. Es momento de que los que tienen la
necesidad en la puerta de su casa tomen acción, una acción
colectiva, que se unan a sus iguales y puedan convertir su necesidad
en fuerza para convertir su realidad y poder tener una vida digna. No
hay más. Comerciantes, pescadores, choferes, obreros, herreros,
campesinos, albañiles, productores de leche, amas de casa,
trabajadoras domésticas, agaveros, estudiantes, artistas, jimadores,
cajeros, agentes de ventas, entrenadores, promotor de ventas,
ganaderos, recicladores, y todos aquellos que solo tienen su fuerza
de trabajo para poder venderla y sobrevivir, los invitamos a luchar
para transformar las condiciones de vida de los más desamparados del
estado. Mañana puede ser demasiado tarde. Que conste.

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