miércoles, 15 de octubre de 2025

Larga vida a la Universidad de Guadalajara

 


Víctor Hugo Prado



El pasado 12 de octubre, la Universidad de Guadalajara celebró un siglo de su refundación, impulsada por el entonces gobernador de Jalisco, José Guadalupe Zuno Hernández. Aquella gesta no fue menor: surgió del espíritu renovador de la Revolución Mexicana y de sus demandas sociales, entre ellas el derecho a la educación, consagrado en el artículo 3º de la Constitución de 1917. Detrás de ese ideal se conjugaron las voluntades de intelectuales, académicos y liberales que entendieron que el progreso de una nación solo puede sostenerse sobre la base del conocimiento.



Durante la ceremonia inaugural, el gobernador Zuno designó como primer rector a Enrique Díaz de León y pronunció un discurso que aún hoy resuena con fuerza: “Va la Universidad a formar hombres. El grano que tú siembras son almas, jóvenes estudiantes. Vosotros sois la médula de esta obra, sois el fin y el principio de ella, sois la Universidad.” A cien años de distancia, esas palabras mantienen vigencia y sentido: la Universidad sigue siendo semillero de pensamiento, libertad y servicio.

Desde entonces, la Universidad de Guadalajara ha consolidado su carácter como institución pública, autónoma y con personalidad jurídica y patrimonio propios. Su Ley Orgánica establece con claridad su misión: impartir educación media superior y superior, fomentar la investigación científica, tecnológica y humanística, y promover la cultura en toda la entidad. En suma, formar ciudadanos críticos, profesionales competentes y comprometidos con su entorno.





En este siglo de historia, la Universidad ha abierto sus puertas a cientos de miles de jóvenes de Jalisco, de todo México e incluso del extranjero. Sus programas académicos han marcado estándares de calidad, generando movilidad social, desarrollo regional y una sólida identidad cultural. La creación de la Red Universitaria ha sido uno de sus mayores aciertos: llevar la educación superior a cada rincón del estado ha significado oportunidad, equidad y transformación para generaciones enteras.

Hoy, cuando el país enfrenta desafíos complejos, la sociedad jalisciense puede sentirse orgullosa de contar con una institución que ha sabido mantenerse fiel a su vocación educativa y humanista. La Universidad de Guadalajara no solo forma profesionales: forma conciencias, impulsa el pensamiento crítico y sostiene con dignidad el legado de quienes creyeron en la educación como la herramienta más poderosa para cambiar el destino.

Larga vida a la Universidad de Guadalajara, ejemplo de compromiso, esfuerzo y esperanza para las y los jóvenes de México.





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