Brasil Acosta Peña
Muchas personas se
preguntan si habrá una Tercera Guerra Mundial. La respuesta no es
simple, pero hay indicios de que el presidente estadounidense Donald
Trump está empeñado en que se produzca; aunque, como escribió
Federico Engels en la introducción a La guerra civil en Francia, los
alardes de poderío militar suelen desempeñarse como freno para el
desencadenamiento de una guerra, a pesar de la incertidumbre que
generan. Veamos.
Trump llegó a la Casa Blanca planteando
resolvería rápidamente el conflicto en Ucrania y que, para
resolverlo, hablaría con el presidente de la Federación Rusa,
Vladimir Putin; pero la guerra sigue y su único logro consiste en
difundir alharacas con la derrama de sangre ucraniana mientras
Israel, su aliado incondicional, está matando a miles de civiles en
Palestina con el apoyo de Estados Unidos (EE. UU.), que dispone de
400 ojivas nucleares.
En días pasados, este doble discurso,
evidentemente fascista, se expresó terriblemente cuando, con el
pretexto de impedir que Irán accediera a las armas nucleares, Israel
lanzó un despiadado ataque sobre más de 100 objetivos, con los que
mató a varios científicos en sus respectivos hogares. Acerca de
este derramamiento de sangre, Trump afirmó que, con él, “Irán
escarmentará y no hará bombas atómicas”.
Sin embargo,
como era de esperarse, Irán respondió con misiles hipersónicos que
penetraron el famoso “domo de hierro” de Israel y lo hicieron ver
como un “cedazo de plástico”, según algunos observadores. Tal
fue la efectividad del ataque iraní, que el primer ministro israelí
Netanyahu anunció que su hijo se vio obligado a cancelar su boda...
¡Qué gran “sacrificio” debió hacer el junior del hombre que
está asesinando a las familias palestinas a sangre fría!
Ante
el genocidio de Israel sobre el pueblo palestino, el reciente ataque
a Irán, la guerra que Ucrania hace a Rusia con el apoyo de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y los “aires
de grandeza” con los que Trump anunció que había atacado tres
instalaciones nucleares iraníes, se evidencia que la ultraderecha
“nazifascista” de Occidente tiene el propósito de atacar los de
China y Rusia en el Medio Oriente.
Esta peligrosa bravuconería
es una muestra de cómo el imperialismo estadounidense se está
esforzando irresponsable y desesperadamente por superar las pérdidas
en la batalla económica contra China y la contienda bélica contra
Rusia, sin considerar que, con el uso de sus aliados en Europa y el
Medio Oriente, pone al mundo al borde de una Tercera Guerra Mundial,
que se efectuaría con armas nucleares y sus consecuencias serían
devastadoras para la humanidad.
No queda claro si los cálculos
de la oligarquía estadounidense están bien hechos a la luz de la
situación política y económica internacional, pues su reciente
ataque a Irán expresó un mensaje de provocación bélica contra
Rusia y China. Es cierto que el gobierno estadounidense ha usado
siempre las guerras para que su complejo militar industrial venda
armas a sus aliados; pero también es verdad que los multimillonarios
del país vecino no han reflexionado adecuadamente al respecto.
Y
no las han sopesado bien porque no han advertido o no han querido
reconocer que sus acciones militares, así como otras medidas
desesperadas (entre ellas la imposición de aranceles comerciales a
países aliados y amigos, el maltrato y las redadas contra migrantes,
etc.), reflejan que su sistema imperialista ha perdido capacidad para
controlar a otras regiones y naciones del mundo mediante el uso de la
diplomacia, la economía y la política.
Con ello se demuestra
lo previsto por Carlos Marx: cuando un modo de producción (en este
caso el capitalismo) llega a su fase terminal, haga lo que haga, no
tiene remedio. El ejemplo de ello está a la vista: EE. UU. está
perdiendo la batalla económica y la militar. Una nota de la cadena
informativa CNN, difundida el tres de mayo de 2025, advierte lo
siguiente:
“Presupuesto de Trump: más de un billón de
dólares (bdd) para defensa, pero recortes en educación, salud,
medio ambiente y ayuda pública… la propuesta sigue las prioridades
de Trump de reforzar las capacidades de defensa y control migratorio
del país. Aumentaría el gasto en defensa en 13 por ciento,
alcanzando un bdd. También proporcionaría una inversión histórica
de 175 mil millones de dólares para asegurar completamente la
frontera, según una carta de la Oficina de Administración y
Presupuesto enviada a la senadora Susan Collins, presidenta del
Comité de Asignaciones, obtenida por CNN.”
El actual
presidente de EE. UU. solamente piensa en una fórmula: somos
nosotros o nadie más; es decir, opta por el mundo unipolar. Rusia,
China y otros países del Grupo de los BRICS (Brasil, India y
Sudáfrica) proponen y luchan por un mundo multipolar, es decir,
donde cada país, en función de sus cualidades y capacidades,
produzca, distribuya y comercie pluralmente contra el supremacismo o
los abusos de una nación sobre otras.
La Tercera Guerra
Mundial está en puerta y únicamente los pueblos unidos y
organizados detendrán los abusos del imperialismo. El mundo
multipolar es posible, pero el león estadounidense está herido y
lanza peligrosos zarpazos que pueden derivar en otra conflagración
internacional, con la que la humanidad retrocedería, incluso
desaparecería, pues el conflicto sería nuclear.
Una guerra
de este nivel provocaría rápidamente la formación de una nube
atómica que impediría el paso de los rayos solares, enfriaría la
Tierra, dificultaría la vida orgánica y sobrevendría la muerte
masiva como la sufrida por los dinosaurios. Decía Albert Einstein
que, después de una guerra nuclear, la Cuarta Guerra Mundial sería
con piedras y palos. Para evitar la tercera debemos unir y organizar
a los pueblos en defensa de un mundo multipolar.
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