jueves, 10 de julio de 2025

… Y desprenderse de él

 




… sobre todo el miedo de que perderíamos algo que ya poseíamos o que no conseguiríamos algo que exigíamos. Por vivir a base de exigencias insatisfechas, nos encontrábamos en un estado de constante perturbación y frustración. Por lo tanto, no nos sería posible alcanzar la paz hasta que no encontráramos la manera de reducir estas exigencias.



La diferencia entre una exigencia y una sencilla petición está clara para cualquiera.

Para mí, la paz es posible solamente cuando renuncio a mis expectaciones.





Cuando estoy atrapado en pensamientos respecto a lo que yo quiero y lo que debo recibir, estoy en un estado de temor o de anticipación inquieta y esto no conduce a la sobriedad emocional.

Yo debo rendirme —una y otra vez— a la realidad de mi dependencia de Dios, porque entonces encuentro la paz, la gratitud y la seguridad espiritual.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Popular Posts