Víctor
Hugo Prado
Cuando
pensamos en las vacaciones de verano, lo que viene a la mente es la
palabra: libertad. No es casualidad que este sea uno de los periodos
más esperados del año, tanto por niñas, niños y adolescentes. No
escapan las personas adultas. Después de meses de trabajo, escuela y
rutina, el verano llega como un respiro que todos anhelamos.
Para
las infancias y juventudes, el verano es sinónimo de juegos,
descanso y descubrimiento. Se dejan atrás los horarios fijos y las
tareas, llegan los a días largos para imaginar, explorar y convivir,
en otros términos, para cambiar el chip.
Usted ¿cómo
disfrutará las vacaciones con sus hijas e hijos o con familia y
amigos queridos? Propóngase a hacer algo; por ejemplo, organice una
excursión. No hace falta viajar lejos ni gastar en exceso para
disfrutarlo. Las vacaciones pueden vivirse de muchas formas: una
salida a la playa, una visita a un pueblo de la región, Sayula,
Amacueca, Tapalpa, Mazamitla o Techaluta, son opciones muy
reconfortantes para salir, conocer leyendas, personajes, arquitectura
y sobre todo para disfrutar las delicias culinarias, en forma de pan,
cajeta o comida típica mexicana que ofrece la región.
Si la
excursión no fuera posible, haga un día de campo en el Parque
Ecológico Las Peñas no se necesita mucho, solo proponerse a tomar
el sol, escuchar los sonidos de la naturaleza, el correr del agua, el
canto de los pájaros, el chirriar de los insectos que construyen el
equilibrio ecológico y dejar la fuerza en una saludable caminata.
También puede quedare en casa, piense en que hacer y saque
del armario nuevas ideas para compartir juntos. Por ejemplo, cocinar
en familia una pizza, leer un libro con los hijos, hacer
representaciones de una obra breve, donde la familia sean los
personajes, puede improvisar; también está la opción de armar una
tarde de juegos o ver una película bajo una cobija, pueden ser
planes igual de significativos que un gran viaje.
El verano
también es el momento ideal para aprender de forma divertida. Visite
templos, vaya al centro de la ciudad, deles un poco de amor a las
palomas, viste el museo, camine por algunos barrios, vaya a la Laguna
de Zapotlán, pasee a su mascota, haga lo posible por despertar la
curiosidad de niñas y niños. Las vacaciones son un tiempo clave
para que los adolescentes tomen un taller de escritura, de pintura o
para practicar un deporte. Abra nuevas puertas a sus intereses y
talentos.
Más allá del descanso, el verano es un regalo, un
tiempo para reconectar con quienes amamos, para volver a lo esencial.
Por eso, no es solo un periodo vacacional, es una invitación a
disfrutar la vida con más calma, juntos.
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