La
unidad, la eficacia e incluso la supervivencia de A.A. siempre
dependerían de nuestra voluntad continua de sacrificar nuestros
deseos y ambiciones personales por la seguridad y bienestar comunes.
Así como el sacrificio significaba la supervivencia para el
individuo, significaba también la supervivencia y la unidad para el
grupo, y para A.A. en su totalidad.
He llegado a darme cuenta
de que tengo que sacrificar algunos de mis rasgos de personalidad
para el bien de A.A. y, como resultado, he tenido muchas recompensas.
El falso orgullo puede ser inflado por el prestigio pero, viviendo la
Tradición Seis, recibo el regalo de la humildad. La cooperación sin
afiliación tiene a menudo consecuencias inesperadas. Si no me
relaciono con intereses ajenos, soy libre para mantener autónomo a
A.A.
Entonces la Comunidad estará aquí, sana y fuerte para
las generaciones por venir.
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