Pedro Vargas Avalos
Hay personas tan mordaces que todo lo que hacen o tocan, lo vuelven corrosivo. En México tenemos varios ejemplos, como “Alito” el dirigente priista trasnochado o Lily Téllez, la tránsfuga del morenismo y ahora delirante legisladora del panismo. Sin embargo, ni una de esos prototipos o de los muchos otros adefesios que pululan en el ambiente público mexicano -incluso panamericano- se puede comparar al incalificable Donald Trump.
Este peleonero heraldo de la peor versión del Tío Sam, al revés del rey Midas, que todo lo que tocaba lo convertía en oro, este gringo todo lo que ordena, tienta o propone, lo transforma en aterrador. Su más afable cara es la de un camorrista de callejón.
Desde su primera gestión al frente
del gobierno estadounidense, se ganó el calificativo de provocador.
Pero ahora, a partir de su toma de posesión el 20 de enero pasado,
cuando dijo “" Fui salvado por Dios para hacer que Estados
Unidos sea grande otra vez ", supimos que venía sobrecargado de
rencor y afán de revancha hacia porción de su pueblo y trozos del
mundo.
Al advertir lo anterior, una divisa de Amnistía
Internacional propone: “Las palabras de Trump muestran un mundo
donde los derechos humanos peligran”. Para él, la pena de muerte
es de gran utilidad para prevenir la delincuencia, a pesar de que el
Secretario General de la ONU, António Guterres, ha instado a su
abolición, afirmando que “no hay lugar para la pena de muerte en
el siglo XXI”.
Rabioso derechista, prohíbe que los nacidos
hombres tengan que ver en deportes de mujeres, en tanto que a estas
les niega derechos sobre su cuerpo; para Karla Gonzales, directora de
Género de Amnistía Internacional, esas actitudes “siguen el
patrón cruel de construir políticas basadas en la intolerancia y el
odio".
Boris Muñoz, opina en el diario El País que
Trump, pudo ser de nueva cuenta mandamás estadounidense porque “Una
mayoría del electorado decidió hacerse la vista gorda frente al
hecho de haber elegido a un delincuente convicto cuya campaña fue un
festival de calumnias, mentiras y amenazas.” En pocas palabras, el
magnate pelirrojo es “una debacle moral”. (El País,
06-nov-2024).
Dentro del propio territorio de Estados Unidos
(EU) el veterano senador Bernie Sanders ha emitido punzantes críticas
hacia Trump: “Es un presidente que ha usurpado las
responsabilidades constitucionales del Congreso”, al señalarlo
como violador de la máxima ley por emprender guerras sin la
autorización del legislativo y amenazar jueces que no se plieguen a
sus actos arbitrarios, además de demandar a los medios de
comunicación que lo impugnan, o a los abogados que defienden a sus
oponentes ideológicos. Incluso apunta el valiente Senador por
Vermont, el uso de la guardia nacional y la utilización de elementos
del ejército para avasallar a California y hacer redadas arbitrarias
de dizque ilegales, son prueba de que solo busca “expandir su
interminable deseo de poder y su esfuerzo por llevar a este país al
autoritarismo”.
Por lo que ve a la desmedida ambición
expansiva de EU con este fanfarrón mandatario, se manifiesta con sus
declaraciones de adquirir Groenlandia: “Llegaremos hasta donde sea
necesario. Necesitamos Groenlandia. Y el mundo necesita que tengamos
Groenlandia, incluida Dinamarca”, ambas cosas -según su
desquiciada mente- por motivos de seguridad nacional e internacional.
De igual manera agrede a su aliado y vecino Canadá, al decir que
debería ser parte de EU, enfatizando que habla en serio al querer
que su colindante se convierta en el estado número 51 de Estados
Unidos. (Washington Post, 9-II-2025, aludiendo entrevista con Bret
Baier de Fox News Channel, difundida durante el espectáculo previo
al Super Bowl). Algo parecido expresó Trump sobre Panamá: “China
está operando el canal de Panamá, pero no se lo dimos a China. Se
lo dimos a Panamá, y lo vamos a recuperar”. Obviamente los
gobiernos y pueblos de ambos países han declarado su total oposición
a tan alocadas ideas. (Santiago Torrado, El País, enero
20-2025).
Los estrambóticos planes del yanki llegan al grado
de proponer que Gaza, la martirizada franja Palestina, se transforme
en destino turístico, previa expulsión de sus lacerados habitantes.
Y en cuanto a la guerra ruso-ucraniana, ha exigido que esta república
víctima de las codicias moscovitas que encarna Putin, le entregue
sus recursos de minerales valiosísimos. En cambio, al agresor del
mundo árabe, Israel, lo protege al extremo de bombardear a Irán en
aras de apoyar al gobierno judío jefaturado por el genocida Benjamín
Netanyahu.
Pues ahora resulta, que, en agradecimiento, el
déspota israelí, se anotó la puntada de proponer a su camarada
gringo, como merecedor del premio nobel de la paz. ¡El colmo de los
colmos!
En efecto, en cena llevada a cabo el lunes 7 de julio
reciente en la capital de EU, el primer ministro de Israel, Benjamín
Netanyahu, anunció “que ha nominado al presidente de Estados
Unidos, Donald Trump, como candidato oficial al Premio Nobel de la
Paz, en reconocimiento a su participación en múltiples iniciativas
de mediación internacional. La carta de nominación fue entregada
personalmente por Netanyahu durante una cena celebrada en la Casa
Blanca”. (INFOBAE, 8-jul-2025). Trump agradeció la nominación, al
subrayar que viniendo de Netanyahu “en particular, es muy
significativo”. Como dice el refrán: Dios los hace y ellos se
juntan.
Lo anterior originó que un diario mexicano publicara
en una acreditada sección que denomina “Rayuela”: «Preparémonos.
Si al criminal de guerra, Henry Kissinger le dieron el Premio Nobel
de la Paz 1973, cualquier cosa puede suceder ahora». (La Jornada,
julio 8-2025). Un día antes, la misma publicación decía:
“Netanyahu, el principal criminal de guerra que hay en el mundo,
pasó por Grecia, Francia e Italia sin que nadie lo detuviera”, en
alusión a que la Corte Penal Internacional (CPI) emitió en 2024
órdenes de arresto contra el primer ministro de Israel, Benjamín
Netanyahu, y su anterior secretario de Defensa Yoav Gallant. Al
respecto, recordemos que, en ese alto tribunal internacional, se
encontró evidencia "razonable” para afirmar que los tres
-incluido el líder de la organización terrorista Hamás- son
responsables de presuntos crímenes de guerra y crímenes contra la
humanidad que habrían sido cometidos durante la guerra entre Israel
y Hamás. Pero esas naciones no arrestaron al patibulario
Netanyahu.
Con cuánta razón un rotativo nacional (Reforma del
día 8 de julio) publicó en primera plana: “Lanza 14 bombas y lo
proponen ¡Para Nobel de la Paz!” Y como hace tiempo afirmó Marta
Ochman, profesora de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del
Tecnológico de Monterrey campus Estado de México: “nominar a
Nobel de la Paz a un político abiertamente xenófobo, racista y
sexista, es un golpe muy duro al prestigio del premio”.
No
cabe duda: Trump para premio Nobel de la Paz, es el colmo de los
colmos.
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