Los
conjurados
Ricardo
Sigala
La
muerte siempre es un misterio, casi siempre una sorpresa, sobre todo cuando
ocurre de manera tan inesperada. Otra vez la muerte ha visitado Zapotlán y en
esta ocasión ha tomado en ofrenda a Orso Arreola, un personaje que formó parte
del paisaje de la cultura de esta ciudad durante muchos años, en especial
durante los últimos trece, en que se instaló aquí para encabezar y dirigir los
trabajos de la Casa Taller Literario Juan José Arreola, de la que siempre se
sintió orgulloso.







