Salvador Mateo
Si
muchos ciudadanos, sobre todo los que militamos en las filas del antorchismo
nacional, desde un principio no nos atrevimos a señalar abiertamente las viejas
prácticas en que desde un inicio empezó a incurrir el gobierno del presidente
Andrés Manuel López Obrador, a pesar de que ya eran previsibles, fue porque
consideramos que era prudente dejarlo trabajar, los señalamientos pudieran
haber sido prematuros y necesario esperar los resultados que tanto prometió en
su larga campaña presidencial. No incurrimos en ninguna falta, pues siempre
estuvimos seguros de que si le iba bien al presidente, le iba bien a México y a
los mexicanos.