Brasil Acosta Peña
Con mucho tiempo de anticipación
en este espacio señalamos con persistencia que el proyecto propuesto
por el gobierno federal morenista del Tren Maya era un despropósito,
que no sería viable económicamente. Justamente la realidad nos ha
dado la razón. En la siguiente nota se puede demostrar que lo que
decimos es verdad: “La Cuenta Pública de 2024 revela que la
paraestatal militar Tren Maya requirió ese año recursos por 29 mil
912 millones de pesos del erario. En su primer año completo de
operación, el Tren Maya, una de las obras insignia de la 4T,
requirió 108 pesos de recursos del erario por cada peso que recibió
de ingresos propios, lo que representa un subsidio federal de ¡10
mil 700 por ciento! La Cuenta Pública de 2024 revela que la
paraestatal militar Tren Maya requirió ese año recursos por 29 mil
912 millones de pesos del erario, mientras que tuvo ingresos propios
por sólo 276 millones de pesos. Las ventas del tren, básicamente
por boletos, bienes de consumo y renta de locales en sus estaciones,
no fueron suficientes ni para cubrir el costo de servicios
personales, es decir, los salarios de mil 700 empleados del Tren
Maya, que ascendieron a 498.2 millones de pesos. Para 2025, Tren Maya
espera gastar 827 millones de pesos en salarios de mil 700 empleados,
además de 680 millones en operación, mientras que espera vender,
igualmente, 680 millones de pesos. El subsidio autorizado hasta ahora
es de 40 mil 827 millones de pesos, o 60 pesos por cada peso de
ingreso propio, aunque la cifra podría tener variaciones
importantes”.
10 mil 700 por ciento de subsidio.
Eso es escandaloso. Es una muestra de la incapacidad de la 4T de
administrar los que ellos dijeron sería la octava maravilla del
mundo; sin embargo, la cruda realidad nos dice otra cosa.
En
ese mismo informe de la Cuenta Pública 2024 se plantea que se
alcanzará el equilibrio económico, es decir, que los ingresos serán
igual que los egresos, mediante el uso de los vagones de carga en el
Tren; sin embargo, “apenas el pasado 7 de abril, Tren Maya reportó
que había alcanzado un millón de pasajeros transportados durante un
periodo de alrededor de 15 meses desde finales de 2023, en promedio
unos 2 mil diarios. Pero el director general de la empresa, David
Lozano Águila, admitió el 16 de mayo que el transporte de carga,
que hasta ahora no existe, será la única forma de alcanzar
equilibrio financiero, pues los pasajeros no serán suficientes aun
cuando tengan todos los boletos vendidos”.
Como se ve,
no sólo no hay forma de que lleguen al equilibrio si ni siquiera han
iniciado. Por lo tanto, sólo se trata de una narrativa para salir al
paso, pero, como siempre, lo que se dice no se corresponde con lo que
se hace. ¿Pero en qué se gastó? “El principal destino del
subsidio en 2024 fue para obras pendientes, por 13 mil 203 millones
de pesos, sin que hasta la fecha se conozca el costo total de
construcción y equipamiento del proyecto, pues ha sido clasificado
como información reservada y los datos sobre el gasto no aparecen en
ninguno de los informes que la Secretaría de Hacienda envía al
Congreso”.
Además, no sólo hay un problema relativo a
la incapacidad, sino también no hay transparencia. La 4T es la
maestra de la oscuridad, del cochupo, de la mentira, de la negación
de las cosas y de ocultar la realidad mediante discurso.
Por
otro lado, también se ordenó por el expresidente pasado, que
terrenos del Tren Maya se le transfirieran al Instituto Nacional de
Antropología e Historia, INAH; sin embargo, ha pasado el tiempo y
sigue eso sin suceder. La misma nota que hemos estado citando señala
que “el pasado 28 de febrero, Fonatur concretó la entrega oficial
de los activos del proyecto Tren Maya a Gafsacomm, que es otra
paraestatal militar, así como al Instituto Nacional de Antropología
e Historia (INAH). El valor total de los bienes transferidos ascendió
a 470 mil 428 millones de pesos, según indica el dictamen del
auditor externo de Fonatur Tren Maya y las actas de entrega
respectivas. De ese total, el valor más alto corresponde a las
construcciones por 396 mil 843 millones de pesos. Desde agosto de
2023, el expresidente Andrés Manuel López Obrador ordenó a Fonatur
transferir los bienes del Tren Maya a las dependencias mencionadas, a
más tardar el 31 de diciembre de ese año. Pero la orden tuvo que
ser modificada dos veces, primero para atrasar la entrega al 12 de
septiembre de 2024, y en el último día del sexenio, para dar un
plazo de seis meses adicionales, ya que había múltiples trámites
pendientes”. (https://vanguardia.com.mx
, 9 de junio de
2025).
Este es el monumento a la ineficiencia, a los
caprichos y a la inutilidad. El Tren Maya es, pues, un ejemplo de lo
que no debe hacer el pueblo cuando gobierne este país, pues se
destinaron miles de millones de pesos a esta obra inútil y se
dejaron de atender las demandas fundamentales de los pueblos: agua
potable, drenaje, luz eléctrica, etc. Este cambio de una cosa por
otra, quid pro quo, es decir, dinero inútilmente echado a la basura,
en lugar de dedicarlo a las obras del pueblo, revela que es mentira
esa frase rimbombante de que “por el bien de México, primero los
pobres”, pues acá se demuestra que no hay una correspondencia
entre los dichos y los hechos de Morena. Demuestra también, que, en
el fondo, Morena no representa los intereses del pueblo de México,
sino que está para servir los intereses de los ricos y por qué los
ricos de México no se opusieron severamente a la construcción,
porque participaron en la construcción y ganaron muchos millones de
pesos; demuestra que la 4T está al servicio de los ricos, de los
poderosos. Ese es el verdadero rostro de Morena.
Cuando el
pueblo de México, organizado en el Movimiento Antorchista Nacional,
gobierne este país, no puede permitirse usar irresponsablemente los
recursos públicos como lo hace Morena. Es necesario tener en cuenta
un plan de inversión que resuelva los grandes problemas del país.
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