jueves, 8 de mayo de 2025

El oscuro pasado de una de las glorias zapotlenses

 



Fernando G. Castolo*


Hubo un escritor, un intelectual podríamos decir, que perteneció a la alta aristocracia zapotlense de la primera mitad del siglo XX. Tenía un don natural para escribir e inclusive para apropiarse de sus propios personajes generados a partir de ese gran bagaje cultural que poseía.



Su hermosa residencia estuvo ubicada en el centro poblacional, frente al jardín principal. Un buen día sucedió el escándalo: "¡Mató a su esposa!" Gritos destemplados emanaban de los pequeños excélsior que daban la noticia en la ciudad.


La policía se movilizó pero el personaje era dueño de su propia historia. Las pesquisas y las querellas estuvieron en juicio. Al final, él salió librado (legalmente), pero no soportó el escrutinio de la conservadora sociedad de la época. Quizá no le importaba, pero era parte de una familia que poseía un rancio abolengo.





Se fue a radicar a la Ciudad de México. Allá, muy pronto encontrará en qué entretenerse. Fue muy productivo. Sus radionovelas tuvieron un éxito inusitado y la gloria le envolvió con su terso manto. Nunca se le ha hecho un reconocimiento. Es más, se le tiene completamente en el olvido.


A pesar de aquella tragedia, nuestro personaje alimentó los sueños de millones de mexicanos que escuchaban atentos sus historias cotidianas en las diversas radiodifusoras que las transmitían.


Cualquiera que intente saber más sobre la vida y obra de nuestro Ilustre zapotlense, tendrá, necesariamente, que encontrarse con uno de los episodios más oscuros de la localidad: "¡Mató a su esposa!".




No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Popular Posts