Me retiré y
empecé a hacer una lista de las bendiciones por las cuales yo no
había tenido que hacer nada, empezando por haber nacido con una
mente y cuerpo sanos. Hice un repaso de setenta y cuatro años de
vida hasta el presente momento. La lista ocupó dos páginas y tardé
dos horas en hacerla; incluí salud, familia, dinero, A.A. — toda
la gama. En mis oraciones todos los días le pido a Dios que me ayude
a recordar mi lista, y a estar agradecido por ella todo el día.
Cuando recuerdo mi lista de gratitud, es muy difícil llegar a
la conclusión de que Dios me esté fastidiando.
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