Fernando G. Castolo
Sin
duda alguna, la estoica presencia de Zapotlán, en el plano universal, se debe
en gran medida a la meritoria labor de sus hijos que, dentro del campo creativo
y recreativo, la han sabido ensalzar. Tal es el caso del muralista José
Clemente Orozco, quien viera la luz primera un 23 de noviembre de 1883.
Sobre
las sensibles entrañas de esta Ciudad Guzmán se escuchan aún los lamentos por
no contar con obra de este personaje, que se erige gallardo como un Prometeo en
donde quiera que sí pudo plasmarla: Ciudad de México, Guadalajara, Jiquilpan,
por ejemplo.













