Confíe
en la idea de que el tenebroso pasado, estando en manos de Dios, es
su más preciada posesión, clave de la vida y de la felicidad de
otros. Con ella puede usted evitarles a otros la muerte y el
sufrimiento.
Mi pasado ya no es una autobiografía; es un
libro de consulta para sacarlo del anaquel, abrirlo y compartirlo.
Hoy al presentarme a mi trabajo me viene a la mente la más bella
imagen. Porque, a pesar de ser un día obscuro —como deben ser
algunos días— las estrellas brillarán con más resplandor, más
tarde.
En un futuro muy cercano seré llamado para
atestiguar que ellas brillan. Todo mi pasado será parte de mí este
día, porque es la llave, no la cerradura.
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