lunes, 5 de mayo de 2025

Rebeca Uribe, escritora sayulense, a cuatro voces

 



Pedro Valderrama Villanueva
El Volcán/GDL



A partir de la década de 1980, la mujer dentro de la literatura en Jalisco comenzó a hacerse presente, principalmente, en la vida cultural de Guadalajara. Escritoras como Amalia Guerra, Patricia Medina, Martha Cerda, María Luisa Burillo, Laura Solórzano, María de Jesús Barrera y Guadalupe Morfín, gradualmente, a lo largo de dicho periodo, empezaron a publicar libros relevantes de poesía y narrativa, tanto en Guadalajara como en la Ciudad de México; además, algunas de ellas, encabezaron editoriales y dirigieron talleres literarios que, asimismo, continúan encauzando nuevas vocaciones. En la actualidad, estas escritoras gozan de prestigio y siguen activas dentro del ámbito y publican con cierta regularidad. Sin embargo, no siempre fue así. Antes de dicho decenio, la participación de las escritoras era más bien discreta, se limitaban a participar en algunas tertulias y publicar, esporádicamente, en revistas y periódicos, pues el medio literario estaba dominado por el papel protagónico de los hombres y relegando, en el mejor de los casos, en un segundo plano a las mujeres escritoras. Algunas de estas indomables mujeres son: Refugio Barragán de Toscano, Isabel Prieto de Landázuri, Guadalupe Marín, Olivia Zúñiga, María Cristina Pérez Vizcaíno, Beatelia, Lola Vidrio, Eva Guerra Flores y María Luisa Hidalgo, quienes dieron a conocer libros que, en demasiadas ocasiones, tuvieron una recepción discreta y, por ende, no hallaron un lugar dentro de los manuales de historia de la literatura mexicana y cayeron pronto en el olvido.



No es hasta en años muy recientes que estudiosas en la materia se han ocupado de revisar la vida y obra de algunas de ellas y resurgirlas para su justa valoración. De esta manera, gracias a investigadoras como Sara Velasco, autora de Bajo el purísimo cielo de Jalisco. Cuatro escritoras del siglo XIX (2015), María del Socorro Guzmán, responsable de Vida y poesía de una escritora decimonónica Isabel Prieto de Landázuri (2020), y Alejandra Carolina Díaz, quien escribió Lola Vidrio al encuentro de su propia voz (2022), la percepción de estas escritoras relegadas poco a poco ha empezado a cambiar.





Otra de las investigadoras, pionera en el campo del rescate de escritoras jaliscienses en el olvido, es Silvia Quezada, quien, desde la década de 1990, ha centrado buena parte de sus esfuerzos en revalorar tanto autoras del pasado como del presente a través de estudios biográficos, antologías, diccionarios, ensayos y conferencias. Una de las figuras a la que más tiempo y esfuerzo le ha dedicado es, sin duda, la poeta de origen sayulense Rebeca Uribe (1911-1949), quien, desde la década de 1930, comenzó a destacar en el medio literario de Guadalajara y la capital mexicana publicando en revistas literarias como Alma femenina y Vía, dirigida por Arturo Rivas Sainz, además de haber escrito media docena de poemarios.

La escritura de Rebeca Uribe, como Silvia Quezada nos lo ha hecho saber a través de múltiples libros dedicados a la creadora oriunda de Sayula como Máscara sin fortuna (1997), Toda yo hecha poesía (2013) y Habitaciones furtivas (2022), está ligada a su conflictiva vida llena de interrogantes, principalmente en torno a su misteriosa muerte. La académica ha brindado posibles respuestas a estas incógnitas partiendo de una extensa búsqueda en bibliotecas y archivos tanto de México como de los Estados Unidos para ofrecer un retrato fiel de la poeta malograda.





Para conmemorar el 104 aniversario del natalicio de Rebeca Uribe, el próximo miércoles 7 de mayo a las 7:30 p.m., en el Ex Convento del Carmen (Juárez #638 Centro), se organizará el evento “Lectura de atril del Poema en 5 tiempos de Rebeca Uribe”, donde Silvia Quezada ofrecerá una semblanza de la sayulense, y las escritoras Rossana Camarena, Leticia Cortés, Yadira Munguía y Ana Jazmín Sossa se encargarán de darle lectura a dicho poema emblemático dentro de la breve obra de la malograda autora.

Del libro Poema en 5 tiempos (1941), se ofrece enseguida un breve fragmento para percatarnos de los sensibles versos de la jalisciense:

Y así fue. En la nocturna hora

mientras la lluvia terca pintaba en los cristales

su cortina nostálgica,

lloré la despedida tenaz

que sin decirme nada, me dabas diciéndomelo todo.





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