Pedro Vargas Avalos
Contra viento y marea,
se modificó la Constitución Política de la República y ahora
tenemos reglas sustanciales para llevar a cabo una profunda reforma
judicial. El inminente domingo uno de junio se dará el paso
trascendente de elegir por el pueblo a quienes serán los juzgadores
de la nación a partir de septiembre venidero. Ambos avances han
encarado fatuas, arrogantes resistencias y obstrucciones provenientes
de las oposiciones al gobierno actual: son las embestidas postreras a
la renovación de la justicia mexicana.


