J.
Jesús Juárez Martín
¡Vaya!
que hay puntadas que nos hace poner más
atención a las conversaciones, eso de escuchar que hasta los mejores años terminan
en diciembre, y que el año 2021 no fue
excepción, ni ha sido para los mexicanos de los mejores, aunque si lo
comparamos con otros países, nos consideramos afortunados, algunos países europeos,
asiáticos, en los cercanos Estados Unidos Americanos el Coronavirus 19 y ahora la
suplencia del Ómicron, les dieron y dan
duro y tupido, que aunque tengan su economía
firme, sienten sobresaltos hacia el porvenir, y ante el azote actual de controlar
las epidemias, ciertamente, su liderazgo económico, es firme, pero la situación
social, laboral, comercial les golpea de
frente, aunque haya estabilidad en sus economías y relaciones, socialmente
resienten cambios en su formas de convivencia internacional, su estabilidad
parece firme y estables en su economía y liderazgo, pierden
vidas que se reponen con inmigraciones de países más perjudicados por su
pobreza, que buscan en la aventura de emigrar a lares, mejorar su seguridad,
aunque perjudicados en la estabilidad con estabilidad, finalmente volvemos a la
perogrullada de que todos los años en el
toma y daca en por la vida y por ella, golpeamos y somos golpeados que no se reponen, por eso aseguramos que
todos los años regulares, excelentes, pésimos o buenos y pésimos seguirán
terminando en diciembre, hasta que no se remplace el calendario Gregoriano que
desde el siglo XVI se ha utilizado en México y mayor precisión, en 1,578 con la
casi totalidad de los países actuales o los antecedentes de aquellos
legendarios siglos sucedidos hasta nuestro siglo XXI.