lunes, 3 de julio de 2023

Política mexicana: entre jaloneos y tirones


 

Pedro Vargas Avalos

 

 

Los mexicanos -unos actuando, otros coadyuvando, muchísimos criticando y todos atentos- nos encontramos hoy por hoy, inmersos en las incógnitas de la sucesión presidencial, así como de quien será gobernador, o alcalde, diputado local o federal, senador, y hasta munícipe. La mayoría de las pláticas versa sobre esos temas o al menos, se salpican invariablemente de tales tópicos.



            La política, en una de sus acepciones, se entiende como la habilidad que, bajo ciertos principios ideológicos, u opiniones referentes al gobierno de los grupos humanos, las naciones o los Estados, a través de normas y actos, mantienen el orden, la tranquilidad publica y facilitan el desarrollo social y administran la justicia. Las políticas públicas, vienen a ser los procedimientos en que los gobernantes enfrentan los asuntos de interés social y público, por ejemplo, la política de educación, de seguridad, salarial, campesina o de vivienda. Pero también política es toda actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos, lo cual puede ser con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo.


            En la vida diaria, solemos decir que, si alguien es de buen trato hacia los demás, tiene sentido político, es decir, sabe conciliar y manejar las relaciones humanas. Por ello, el político debe ser ducho en el trazo con que se conducen los asuntos, a fin de alcanzar un propósito específico. Y su estilo debe ceñirse al correcto comportamiento.


            No obstante, lo anterior, resulta que la política y obviamente quienes la practican, suelen adoptar actitudes muy distintas a lo ortodoxo. Una impropia, pero común estilo de hacer política, es la conocida como de “campanario”, en la cual solo cuentan los intereses de grupo o de localidades. Y entonces entran en juego los malos políticos, esos sujetos que sin escrúpulos ni ética, actúan con intrigas, difunden chismes y apelan a la bajeza; son personas sin principios, quienes para alcanzar su meta, aplican la regla de que, el fin justifica los medios. Estos son los politicastros, personajes ineptos que llegan a la ruindad, pero simulan conocer la genuina política. Al respecto, el filólogo jalisciense Alberto M. Brambila (1884-1974), nos dice en su singular obra “Lenguaje Popular en Jalisco” (premio Jalisco 1957) que política es “el arte de engañar al pueblo” y enseguida apunta que familiarmente, hacer política, es “Buscar hipócrita y cautelosamente el modo de desplazar a un individuo de su empleo, restarle amistad, etc.”





            Cuando sucede lo anterior, decimos que hay jaleo político, y sus partícipes con briosa cauda de simpatizantes, se tironean. Desde luego que la población -no solo a los votantes- los que más atraen, son los aspirantes a candidatos para ocupar el palacio nacional. Y entre los más avanzados hasta estos días, son los seis competidores del partido Movimiento de Renovación Nacional (MORENA) junto a sus aliados, los del partido del Trabajo (PT) y el de las cuatro siglas: PVEM, al que muchos de sus censores lo señalan como de las cuatro mentiras, es decir: ni partido, ni verde, ni ecologista y ni tan siquiera mexicano. Ahora hacen recorridos (por no decir campañas) para, tras varios sondeos de opinión, decidir quien es el "coordinador de los comités de defensa de la Cuarta Transformación", que, en plata pura, será el candidato a la presidencia.


            Por el lado de la oposición, se encuentran fraguando como postular a su abanderado. A la fecha han transitado por senderos sinuosos y no acaban de fijar reglas y aspirantes. Recordemos que el señor Claudio X. González Guajardo, se ha convertido en una especie de guía y gurú de los oposicionistas a la Cuatro T, a MORENA y el lopezobradorismo.  Precisamente, ante esa ambigüedad fue que, en octubre 13 del año pasado la cadena informativa INFOBAE, publicó que AMLO mencionaba a 43 mexicanos como el grupo de donde saldría su candidato, bromeando sobre quien daría el “dedazo”. Hace unos días informó el mandatario, que ya sabía el nombre del “tapado” y pronto lo daría a conocer: la expectativa es grande para saberlo.


            Esos impugnadores del gobierno obradorista, de la Agrupación “Sí por México”, transitaron a otra denominada “Va por México”, donde las estrellas siguen siendo los mismos: PRI, PAN, PRD y Claudio X. González, con sus membretes y cofrades.  Todos ellos han pedido al Partido Movimiento Ciudadano (MC) de Dante Delgado, que se les una, para así hacer más viable su triunfo electoral el año venidero. Pero este avezado veracruzano se ha negado. A fines de enero de este año, se formó una entelequia que denominaron “Méxicolectivo”, en la cual, si estuvo presente el dueño de MC, manifestando este, “que el objetivo de “Mexicolectivo” no es, por ahora, definir una candidatura presidencial, aunque dijo que la organización sí hará planteamientos políticos y electorales en la segunda mitad del año”. (El País, 30-ene-2023). Ahora expresaron, el lunes 26 de junio, los partidos asociados de Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), junto con organizaciones de la sociedad civil, la formal integración de un Frente Amplio por México. (FAM). Ese día se anunció que “el proceso para elegir al responsable de la construcción del Frente Amplio por México y virtual candidato de la oposición para 2024 consistirá en tres etapas, las cuales arrancarán con el registro de los aspirantes y concluirá con la selección de uno de ellos”. El inicio será el 4 de julio y terminará cuando se diga el nombre de la persona “responsable de la construcción del Frente Amplio Por México”, que a la hora buena será el aspirante de la oposición a la primera magistratura nacional.





            Pero como escribió nuestro paisano Brambila Pelayo y citamos líneas arriba, “hacer política, es buscar hipócrita y cautelosamente la manera de desplazar a un individuo”, en todos lados, ya sean morenistas y sus “corcholatas” que buscan por encuesta escoger a su “Coordinador defensor de la Cuatro T” o al que construirá el FAM. Y entre tanto, tironeos y jalones a lo largo y ancho de nuestra Patria. A título de querer piso parejo para su proyecto, se deslizan ataques y descalificaciones: que el exsecretario de gobernación gasta mucho; que la jefa de gobierno de la ciudad de México, recibe apoyos subterráneos para alzarse con la victoria; que el excanciller, operó con sus colaboradores para sacar ventaja; que el apoyado por el Verde, presume de recursos, y hasta el peleador suspirante por el PT, habla de ventajas se han de sus competidores.


            Los opositores, a pesar de que aún no se dice formalmente quienes serán, algunos como Lily Téllez, “se bajaron del Tren” por que no hay tierra lisa sino inequidad. Otra preaspirante, y expresidenta del partido tricolor, se zafó porque no está de acuerdo en una simulación dentro del proceso para nominar candidato opositor. En fin, hasta voceros de organismos no gubernamentales (ONG’S), argumentan no habrá el prometido proceso ciudadano, y agregan “cuestionamientos, dudas y hasta críticas entre los propios aspirantes presidenciales de los partidos y de los que ellos llaman “sociedad civil”. (Sin Embargo, 27 junio 2023).


            Y eso que presenciamos en la lid por llegar a la “grande” (la presidencia de la república), de tirones a diestra y siniestra, se repite entre los suspirantes de las gubernaturas, y los que pretenden ser o añoran volver a ser, alcaldes. Gastan del dinero que no es suyo, rebasan lineamientos electorales, deslizan notas dañinas para sus contendientes, y mañosamente se dan baños de pureza, con la mira de llevar agua a su molino. Y este jaloneo, en vez de amainar, crecerá conforme se acerquen los momentos de las definiciones. Así pues, debemos estar muy avispados y no caer en el juego de estos señores y mujeres, que, en aras de triunfar, no se miden. Pero si muchos son de tal catadura, los que realmente vamos a decidir con nuestro sufragio, somos los ciudadanos, y por lo tanto, estemos ajenos a los jaleos y codazos de los políticos y sus parciales, que buscan embaucarnos. Mejor esforcémonos por estar bien informados para que llegado el momento, nuestro voto, libre y secreto, sea el que defina, sin más compromiso que el bien de México, los comicios cruciales del 2024.

 


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