lunes, 31 de julio de 2023

Zapotlán por Rugendas en 1834



Fernando G. Castolo





Entre 1831 y 1834 el notable pintor alemán Johann 

Moritz Rugendas, radicó en México y tomó varios 

apuntes, tanto en lápiz como en óleo, en los que 

plasma su muy particular forma de ver y 

representar los paisajes que conmovieron su visita 

por estos lares.




Rugendas nació en 1802 y cursó su educación en la 

Academia de Bellas Artes de Munich. Muy joven 

se embarcó a fin de acompañar la expedición 

científica del barón Grigori Ivanovich Langsdirff 

por Sudamérica.



De 1822 a 1825 estuvo en Brasil, pasando, 

posteriormente, a Haití, donde permanecería hasta 

1830. Después de su estancia en México, estuvo 

también en Chile y Perú. Volvería a Alemania 

hacia 1845, donde fue pintor de la Corte de los 

reyes Luis I y Maximiliano II de Baviera. Falleció 

en 1858. Sus biógrafos señalan que entre enero y 

febrero de 1834 Rugendas tuvo oportunidad de 

subir al volcán de Colima, acompañando al barón 

Alexander Von Humboldt. Su estancia le permitió 

igualmente conocer Zapotlán y, desde la 

perspectiva de su laguna, pintó varias escenas del 

coloso Nevado.






Sin embargo, lo más interesante que, para 

nosotros, plasmó fue una maravillosa postal del 

centro poblacional que él conoció, donde se 

observan las famosas latas, montadas y adornadas, 

para las peculiares fiestas del Día de los Santos 

Reyes (cuya forma de llevarse a cabo las plasma 

doña Refugio Barragán de Toscano en su meritorio 

libro "La hija del bandido o los subterráneos del 

Nevado"). En la pintura, exquisito apunte del 

pincel de Rugendas, se aprecia como elemento 

dominador del paisaje urbano, el templo parroquial 

en ruinas (recordemos que el inmueble católico 

pereció en el acontecimiento sísmico de 1806), así 

como el icónico Portal de Sandoval (construcción 

realizada en 1792, según se aprecia inscrito en una 

piedra adosada a la finca).



Por supuesto, también se observa la perspectiva de 

la montaña oriente y la gran plaza de armas en el 

primer plano. La pintura sobre Zapotlán es el 

aspecto más antiguo que se conoce hasta ahora. Ya 

no se conoce otro grabado sobre el pueblo hasta las 

décimas josefinas de 1866, en cuyo cartel se 

aprecia una procesión pública con el Santo Patrono.


Deseamos patentizar nuestro agradecimiento a don 

Juan Manuel Preciado, quien tuvo la fineza de 

compartirnos la inédita pintura de Zapotlán 

realizada por Rugendas hace casi 200 años, y que a 

él le fue compartida, a su vez, por nuestro 

recordado investigador don Isidoro Jiménez 

Camberos.



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