viernes, 21 de julio de 2023

Los no gratos recuerdos de Villa en Ciudad Guzmán


 

Fernando G. Castolo*

 

 

Entre 1914 y 1915, por la imperiosa circunstancia de salvaguardar la integridad de Guadalajara, el entonces gobernador Gral. Manuel M. Diéguez, decide trasladar los poderes civiles a Ciudad Guzmán, al tiempo en que Pancho Villa se internaba hacia el sur en persecución del mandatario estatal. Pancho Villa, en la época, abrazaba los ideales del conservadurismo o, cuando menos, con esa bandera llegó a la considerada segunda ciudad más importante de Jalisco. Perseguía al liberal de Diéguez y lo que representaba: su fiel adhesión al Jefe don Venustiano Carranza.



La presencia de Pancho Villa en la ciudad fue temerosa. Sus tropas se posicionaron de todos los corrales del pueblo donde, relata Juan José Arreola, no quedó chivo, ni marrano, ni gallinas, nomás la pura desolación.


 Los alimentos escasearon a grado tal que aún se recuerda la anécdota de la famosa birria del Chingorringo, la más sabrosa del pueblo y, por lo mismo, era muy socorrida entre los villistas. Dicen que, así como la comida escaseó, así mismo escasearon los perros en las calles. Muy pronto corrió el rumor, entre la población, que la birria era de perro.





Otra anécdota que relata el historiador Esteban Cibrián es que a la tropa villista se le escuchó por primera vez, durante su estancia en esta Ciudad Guzmán, interpretar la famosa composición de "La Adelita", la que cantaban y volvían a cantar en los amplios campos en que pernoctaban, a la orilla de la ciudad, por el rumbo de la Estación. Como quiera que haya sido, el recuerdo de Pancho Villa en Ciudad Guzmán es desalentador, dado que dejó un escenario bastante incómodo en el recuerdo de los habitantes.


Manuel M. Diéguez recuperó fuerzas en Manzanillo, y muy pronto restableció la capital jalisciense. Hoy, que el Gobierno de México rinde un tributo al "héroe" Pancho Villa, en el marco del primer centenario de su fallecimiento, valga, pues, externar que no todo es gloria en este personaje que, como muchos, luchó por los ideales que le eran convenientes, en los diferentes momentos históricos de sus valientes episodios.


En Zacatecas, por ejemplo, se le recuerda con un fastuoso monumento en el Cerro de la Bufa, que domina la capital zacatecana... Como suele versar el adagio: "cada quien habla según le va en la feria".

 

*Historiador e investigador.


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