Fernando G. Castolo
El caso de la presencia Guadalupana en nuestra comunidad aún es incierto en sus orígenes; lo cierto es que en la confirmación del juramento a Señor San José, después de los acontecimientos sísmicos del 25 de marzo de 1806, el llamado Temblor de la Encarnación, se lee textualmente que se "jura igualmente como patrona especial contra los temblores a la Virgen María en su advocación de Guadalupe", cuya función especialísima se le hará en esa fecha (del 25 de marzo), o en cualesquiera que no interfiera en las solemnidades calendarizadas del 12 de diciembre.