viernes, 5 de diciembre de 2025

Los inicios de la Imprenta en Ciudad Guzmán

 



Fernando G. Castolo


La investigadora Carmen Castañeda nos comenta que la imprenta se establece en Guadalajara, siendo capital de Nueva Galicia, hacia el año de 1793, al tiempo en que Mariano Valdés Téllez Girón, hijo de Manuel Antonio Valdés, impresor de la ciudad de México, se dio cuenta que la ciudad de Guadalajara carecía del beneficio público de la imprenta, y después de haber sorteado los respectivos y complejos trámites de autorización por parte de la corona española.



Sin duda alguna el impreso más importante de estos primeros años de presencia de la imprenta en nuestro actual Estado de Jalisco, es El Despertador Americano (1810-1811), considerado como una verdadera joya por ser el único impreso insurgente en la América Latina, razón por lo que ha sido objeto de múltiples y exhaustivos estudios por parte de investigadores de todo el mundo.

En Colima, capital del Estado del mismo nombre, la imprenta tiene su primer registro hacia el año de 1826, con un manifiesto del coronel Anastasio Brizuela; imprenta en la que los señores Ramón R. de la Vega (hijo de Zapotlán) y Ramón Fajardo editarían en 1830 El Observador de las Leyes, considerado como el primer periódico colimense.





Por cierto, un único impresor de la ciudad de Colima que hace acto de presencia en la industria impresora local es Benito García, quien manufactura las Décimas de la función religiosa local en su empresa colimense hacia el año de 1860.
En el caso concreto de la antigua Zapotlán el Grande, la imprenta llega tardíamente, más de sesenta años después que en Guadalajara y treinta años más tarde que en Colima, pero, sin duda, es la ciudad pionera de la imprenta en la provincia jalisciense. (En Lagos de Moreno, ciudad que se considera rival en cuestiones culturales con Zapotlán, la imprenta tiene su primer registro en 1864).

Don Federico Munguía Cárdenas, autor de El periodismo escrito en el Sur de Jalisco, precisa que durante la Guerra de Reforma (1857-1861) fue editado en Ciudad Guzmán el Boletín de la Primera División del Ejército Federal, siendo esta la primera referencia a prensa escrita propiamente dicha que podemos citar. Y para el año de 1862 aparece La Abeja, bajo la responsabilidad del impresor y periodista José María Fuentes Vizcarra (personaje que fue miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística).

En el caso de las Décimas (carteles que anuncian la función anual a San José) tenemos el registro que la primera que aparece impresa en Guadalajara es en 1802. Entre los impresores tapatíos del siglo XIX destacan Mariano Rodríguez, José Osorio Santos, Teodosio Cruz, Urbano Sanroman, Manuel Brambila, Amado Amador y, por supuesto, la Imprenta del Gobierno (del Estado).





Estas Décimas se empiezan a imprimir en Ciudad Guzmán en el año de 1863, en la imprenta tipográfica de José María Fuentes, quien también destaca en la época como impresor de los documentos oficiales de la Administración Municipal, tal y como lo mencionan en el acta de Ayuntamiento del 2 de junio de 1867. Su imprenta se ubicaba frente al Jardín de la Plaza Principal (más ignoramos hacia qué frente sería).

Sobre esta Décima de 1863, su diseño corresponde en similitud con los carteles que anuncian la solemnidad josefina correspondientes a los años de 1857 y 1858. La efigie josefina es la misma, y los elementos decorativos son semejantes. Ello nos hace especular que quizá también se deban al mismo impresor, y concluir que el primer documento impreso en Ciudad Guzmán data de 1857 (cuando menos de lo que tenemos físicamente frente a nuestros ojos).

Fuentes también participó como impresor de otros periódicos: La República (1864), El Diablo (1878), y La Palanca (1881); así como se encarga de imprimir las Décimas correspondientes a los años de 1864 a 1873, y en 1879. Finalmente, también tenemos noticia de que José María Fuentes fue el impresor del primer título de Refugio Barragán de Toscano en nuestra ciudad: La Hija de Nazaret, una verdadera apología del Rosario mariano, hacia 1880.





José María Fuentes Vizcarra también tuvo una actividad importante dentro del Gobierno Municipal; para 1855 aparece como Regidor propietario; en 1856 funge como Alcalde propietario; en 1867 nuevamente es Alcalde propietario; y en 1870 también es Alcalde propietario.

Para 1872, aparece una segunda época de La Abeja, ahora bajo la responsabilidad del impresor zapotlense Ireneo Orozco Vázquez, padre del muralista José Clemente Orozco. La imprenta de este personaje se encontraba ubicada en las confluencias de las actuales calles Federico del Toro y José Clemente Orozco, donde también tenía su habitación la familia.

Don Ireneo Orozco se encarga de manufacturar las Décimas josefinas en los años de 1878 y 1883 (año en que nace José Clemente) y, quizá, las pocas oportunidades que tenía para descollar en su trabajo, dieron como resultado que finalmente abandonara Ciudad Guzmán, para trasladarse a radicar con su familia a la capital jalisciense. También Ireneo Orozco participó como impresor de otros dos periódicos locales El Eco del Adelanto, en 1872, y El pensamiento Libre, de ideas progresistas, hacia el año de 1878.





En el caso de Ireneo Orozco Vázquez también participó como munícipe; en 1870 se desempeña como Alcalde propietario; lo mismo que en 1871 y 1872; como Regidor propietario en 1879; como Regidor suplente en 1880 y 1881; y nuevamente como Regidor propietario en 1882.

Para 1875, aparece El Cuentero, semanario redactado por Ramón Barbosa e impreso en los talleres de Contreras. José Contreras Cobián, por cierto, fue el impresor del título Libertinaje y Virtud o El Verdugo del Hogar, drama trágico de costumbres en tres actos y versos, de Refugio Barragán de Toscano, en 1881; así como la obra religiosa escrita en verso y prosa y dedicada a la niñez Cánticos y armonías sobre la Pasión (1883); y de la primera novela de nuestra ilustre escritora: Premio del bien y castigo del mal (1884).

José Contreras, por cierto, estaba casado con una hermana del impresor Ireneo Orozco, quizá (lo especulamos) ello dio pauta para que se desarrollara dentro del ambiente impresor.





Otro impresor más que sobresale en estos primeros años de la imprenta en nuestra ciudad es Agapito Ochoa Hernández, quien aparece como impresor del periódico La Discusión, hacia 1880; sobre él mismo tenemos noticia de que fue el impresor de las Décimas en los años de 1886, 1888, 1889 (que, por cierto, es la primera que se imprime a colores por una imprenta local), y de 1891 hasta 1895. A partir de 1896, el nombre de Agapito Ochoa como impresor, aparece fusionado con el de la Casa Ancira de Guadalajara, ello hasta terminar el siglo decimonónico.

Por cierto, Ochoa es quien imprime en esta ciudad la segunda obra escrita por Refugio Barragán de Toscano: Celajes de Occidente, composiciones líricas y dramáticas, hacia el año de 1880.

Como conclusión, podemos comentar que es muy posible que la imprenta en Ciudad Guzmán se haya introducido de manera formal hacia el año de 1857, y que el pionero de esta industriosa empresa fue José María Fuentes Vizcarra; sin duda alguna impulsado por los aires de la Reforma que vinieron a vitalizar la euforia por la anhelada “libertad”, tanto en el pensamiento como en la palabra escrita. A Fuentes le siguieron, durante el siglo XIX, los señores Ireneo Orozco Vázquez, José Contreras Cobián y Agapito Ochoa Hernández, quienes tuvieron un destacado papel en los inicios de la imprenta en la localidad.


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