miércoles, 7 de febrero de 2024

Mentalidad de crecimiento


 

Víctor Hugo Prado


 

La Escuela debe ser el espacio por excelencia para generar las condiciones de desarrollo psicosocial y cognitivo que los estudiantes deben poseer para enfrentar los grandes retos del futuro. Éstos no serán pocos, como así lo deja ver su propio presente. Entre ellos, la inseguridad y delincuencia, la pobreza, la desigualdad social, la corrupción, la injusticia, el desempleo, la dificultad para el acceso a alimentos, la escasez del agua, la educación, la discriminación, la homofobia y violencias de géneros. Los problemas no tienen una causa u origen único. Los determinan múltiples variables.



No obstante, en ello, las contribuciones personales, sociales y gubernamentales, pueden ser un factor fundamental, para resolverlos o atenuarlos con acciones expresadas en normas, en políticas públicas, en programas, en acciones del día a día, con visión de futuro, con estrategias formativas sustentadas sobre todo en el espacio educativo. Es decir, en la escuela.


La escuela debe enseñar matemáticas, física, química y ciencias sociales. Debe enseñar a hablar y a escribir, a comprender textos. La escuela debe orientarse a conocer los recursos naturales al igual que la filosofía y la ética.  Por supuesto con programa, con planeación, pero también con medición de resultados. Debe interpretar al mundo, a la sociedad y a los fenómenos que se desprenden de éstos como interconectados, por lo que debe aspirarse a tener visión interdisciplinaria, multidisciplinaria y transdiciplinaria, sea en el marco de la Nueva Escuela Mexicana o de otros modelos. Pero la escuela debe procurar la formación de personas que tengan un gran compromiso y amor por su patria, para transformarla en una mejor que la que nos heredaron.





La escuela debe apostar, además, a algo que ha permanecido distante de ella. La mentalidad de crecimiento. Esa que, permite crecer al ser humano, que le permite aspirar a ser mejor, y que sabe que todas sus habilidades pueden mejorarse, con estudio, entrenamiento, con buenas estrategias, con mejores recursos, con buenos profesores. La mentalidad de crecimiento en contraste con la mentalidad fija,  postula que la inteligencia se puede desarrollar, contrario a que la inteligencia es fija e innata. La mentalidad de crecimiento enfrenta retos, no los evita, aprende incluso de los errores, no evita el fracaso; persiste ante las dificultades, no se rinde fácilmente; ven el esfuerzo como camino al aprendizaje, en la mentalidad fija ven el esfuerzo como algo ineficaz; aprenden de la retroalimentación y en colectivo, a diferencia de quien evita la retroalimentación; encuentran inspiración en el éxito de otras personas, no se sienten amenazados con esos éxitos que alcanzan otras personas. La mentalidad de crecimiento procura felicidad, une, da sentido a la vida. Que es lo opuesto a generar ambientes amargos, dividir a las comunidades y enfrentarlas.

 

 

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