Homero
Aguirre
Las
usuales promesas de incrementar y crear programas de apoyos monetarios
directos, en los que los gobiernos entregan dinero a cambio de votos y
aprobación, han vuelto a surgir con fuerza conforme avanzan las campañas a la
presidencia de la República y otros puestos públicos. Lo notable ahora respecto
a otros procesos electorales similares es la desmesura con que se ofrecen a
diestra y siniestra dichos “apoyos”, confiando quizá, como siempre, en la mala
memoria o en la desorganización de los electores, lo que en el futuro impedirá
un reclamo enérgico y masivo de estos cuando alguno de los ahora candidatos se
siente en la silla del poder y se olvide de sus promesas o pretenda cumplirlas
a cambio de restringir otros derechos.