Por Pedro Mariscal.
Al panteón municipal
Fue arrastrado Beto Esquer
Seguido por su mujer
Que buscaba un celular
Con el “georeferencial”.
Y fue su carretonero
Un hombre muy mitotero
Llamado Sánchez José
Que en el infierno, oiga usted,
¡Tiene a Beto de
churrero!
Los hijos de Sánchez lloran
Por la muerte del churrero
Que por un golpe certero
De funcionario malora,
Más allá descansa ahora.
Los priístas irredentos
Que hacen votar a los muertos
Oportunistas defienden
A don José, y bien venden,
Su imagen de justicieros.