Víctor
Hugo Prado
Se avecina una reforma electoral
que podría trastocar los avances significativos de la democracia
logrados en los últimos años del siglo pasado y lo que va de éste.
Ante ello, integrantes del Instituto de Estudios para la Transición
Democrática (IETD) en el que destacan los expresidentes del INE/IFE
Lorenzo Córdova, Leonardo Valdés y José Woldenberg, exhortaron a
que dicha propuesta se dé con base en el consenso de fuerzas
políticas y no de una «decisión unilateral» del Ejecutivo y su
mayoría legislativa.
La propuesta presentada por Instituto de Estudios para la Transición Democrática es relevante y se resume en cuatro puntos esenciales:
Mayor consenso. En lo que respecta a la discusión de la reforma, los integrantes del IETD apuntaron que debe de existir mayor consenso entre las distintas fuerzas políticas y sectores de la sociedad, con el fin de que se tomen en cuenta sus observaciones y perspectivas. Toda reforma electoral debe ser el resultado del más amplio consenso, nunca una decisión unilateral.
Aumento de plurinominales Asimismo, la asociación sugirió que se contemple el aumento de plurinominales para que exista una proporcionalidad de 50/50 en la Cámara de Diputados, con 250 diputaciones de mayoría y 250 de representación proporcional. Con ello se pretendería disminuir lo más posible los fenómenos de sobre y subrepresentación que constituyen una distorsión de la voluntad ciudadana expresada en las urnas.
Nombramiento de consejeros del INE. Para garantizar la autonomía del INE, los exconsejeros expusieron que sea el Senado quien nombre los integrantes del órgano electoral, a través de una mayoría calificada. La pretensión es la construcción de consensos amplios entre todas las fuerzas políticas presentes en ese órgano legislativo.
Ajustes en financiamiento público. Finalmente, el IETD se ha pronunciado por mantener el financiamiento público de manera equitativa ante el peligro de que ingresen recursos ilícitos. Señalando que, “frente a la invasión de dinero ilícito en la política, así como frente a los fenómenos oligárquicos en los que el dinero de magnates resulta decisivo, el financiamiento público debe ser el componente central del gasto durante las campañas y asimismo debe garantizar las condiciones de operación permanente de los partidos políticos en tanto estructuras de organización y representación”.
Ante las pocas probabilidades de que prosperen sus propuestas, Lorenzo Córdova ha expresado que hoy es preferible dejar testimonio y no quedarse cruzados de brazos. Se vislumbra una imposición autoritaria al que debe combatirse con propuestas e ideas. Los desafíos que vienen, no solo para los exconsejeros sino para la ciudadanía en general, frente a la reforma, son: mantener las minorías legislativas, salvar la autonomía del INE y del Tribunal Electoral, garantizar condiciones de equidad en la competencia y buscar una reforma electoral consensuada. Esa será una de las batallas venideras.
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