lunes, 11 de agosto de 2025

Memorias de la cristiada en Zapotlán: a 99 años del hecho histórico

 




Fernando G. Castolo*


Nadie, de los estudiosos en el tema Cristero regional, ha observado los libros de registros de defunciones en los que se asientan las terribles muertes que se suscitaron en la época. Ahí existen testimonios de verdaderos mártires, todos ellos aún en el anonimato.


Por ejemplo: el 8 de julio de 1927, se levantan las respectivas actas de nueve individuos que fueron acribillados en el punto denominado Atequizallansillo (suponemos cerca de Atequizallán o Atequizayán). La masacre tuvo verificativo el 23 de junio inmediato anterior. Los defensores de Cristo muertos en el punto son: Daniel Cuevas Ceballos, nativo de Pihuamo, agricultor, indígena de 33 años; Juan Cuevas Ceballos, hermano del anterior, sin relación de años de edad; Antonio Montes Solís, nativo de Unión de Guadalupe, agricultor, indígena de 22 años de edad; Alfredo Álvarez Rosas, nativo de Tamazula de Gordiano, chofer de 17 años de edad; Matías Valencia Contreras, nativo de Mazamitla, jornalero de 23 años de edad; Aurelio Magaña González, nativo de El Mamey, Colima, jornalero de 30 años de edad; Zeferino Aguayo Murguía, nativo de Ciudad Guzmán, de 19 años de edad; José de Jesús Arias Anaya, nativo de Unión de Tula, de 21 años de edad; y, José Mejía Carrasco, nativo de Unión de Guadalupe, chofer de 23 años de edad.





Estas víctimas se suman a casi medio centenar de otros tantos registros en que se asientan los hechos bajo los cuáles sufrieron su deceso: "introducción de balas en pecho y cráneo" (el tiro de gracia); en episodios suscitados en arterias de la ciudad. En su mayoría, estas personas son de raza indígena, jornaleros o soldados que defienden las causas de uno y otro bando. A ellos, como a otros anónimos personajes que, abrazando sus ideales católicos, perdieron la vida, ofrendamos nuestro humilde homenaje, y los rescatamos del olvido para que las actuales generaciones tengan evidencias certeras de este acontecimiento que, sin duda, es uno de los más trágicos y vergonzosos en la historia contemporánea de nuestra nación mexicana.


*Historiador e investigador.


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