Omar Carreón Abud
Nada
bien pinta el futuro para los trabajadores mexicanos y sus familias.
No sería tan alarmante la situación si tuvieran sus necesidades
básicas mínimamente resueltas, pero decir que les va a ir mal,
cuando ya están muy mal, es casi anunciar una catástrofe. No
acabamos de salir de los efectos de la pandemia terrible del Covid-19
en la que, por falta de atención adecuada, se cree que intencional
(acordarse de “el detente” con el que decía protegerse AMLO),
perdieron la vida entre 800 mil y un millón de mexicanos y nos
encontramos ahora con que seguimos en lo mismo.
El Gobierno
Federal quedó muy lejos de la meta propuesta respecto a dosis de
vacunas aplicadas para la reciente Campaña Invernal de Vacunación
de acuerdo con datos oficiales, se aseguró que se aplicarían 22
millones 931 mil dosis contra el Covid-19 pero sólo se pusieron seis
millones 690 mil, apenas el 29 por ciento del objetivo. La atención
de la salud es, pues, prácticamente inexistente, no hay camas
suficientes, ni siquiera medicinas. Este año, el gasto en salud, con
respecto al año pasado, se redujo en un 10.8 por ciento.
¿Y
la educación? Ahora, con la defensa de su patria que han tenido que
hacer los rusos y los iraníes ante la embestida imperialista, que ha
usado, en un caso, la garra de la mafia fascista de Ucrania y, en el
otro, la del gobierno asesino de Israel, atravesando la propaganda
mentirosa, se han colado hasta nosotros dos informaciones muy
importantes. La primera, que atribuye buena parte del diseño y
creación de sorprendentes armas defensivas en manos de Rusia, a la
formación deliberada, atendida y financiada de ingenieros y, la
segunda, una similar que nos ha permitido saber que Irán está
apostando para su desarrollo al uso pacífico de nuevas energías con
uranio enriquecido para lo cual ha formado miles de científicos en
la materia.
Aquí, los niños de la primaria asisten a una de
las jornadas escolares más cortas del mundo, se cierran las escuelas
de tiempo completo, se aplican rigurosos exámenes para entrar a las
universidades y se rechaza cada año a cientos de miles de
aspirantes. Para comprender completa la burla que se esconde atrás
de la demagogia gubernamental, debe saberse que el gasto en educación
se sigue contrayendo, este año sufrió un duro recorte de ocho por
ciento real.
¿Empleo? Nadie se atrevería a afirmar que existe
empleo suficiente y bien remunerado para todos. Está clarísimo que,
en los últimos años, se han acumulado masas enormes de mexicanos
sin empleo formal, es decir, millones de pobres que se disputan un
pequeño espacio en la calle para vender cualquier baratija y llevar
un poco de dinero a su hogar. En los primeros seis meses de este
2025, en el sector formal, se generaron sólo 87 mil 287 nuevos
empleos, un 70.42 por ciento menos que lo reportado en el mismo lapso
de 2024.
La carga sobre el pueblo aumenta cada minuto. Pemex
tiene una deuda inmensa con sus contratistas y sus proveedores. En
sólo tres meses creció 103.3 mil millones de pesos, un alza de 25.6
por ciento de octubre a diciembre de 2024, por lo que, al término
del año pasado, esa deuda se situó en 506.2 mil millones de pesos.
Además, sólo en el primer trimestre de 2025, Pemex reportó una
pérdida neta en su operación, de 43 mil 329 millones de pesos.
¿Errores o manotazos al cajón? Como quiera que sea, los está
pagando el pueblo trabajador.
En contrapartida, la riqueza de
los cinco hombres más acaudalados de México creció en promedio un
monumental 226.6 por ciento en la administración del presidente
Andrés Manuel López Obrador (AMLO) quien llegó a presumir
abiertamente que no había ningún empresario de los grandes que
hubiera fracasado durante su gobierno. Nada ha cambiado. El segundo
piso marcha por la misma senda.
Las ganancias de los bancos se
incrementaron a un ritmo superior a lo que lo hacían el año pasado.
De enero a marzo, el conjunto de estas instituciones que operan en el
país obtuvo utilidades por 76 mil 94 millones de pesos, el resultado
es 5.6 por ciento superior en términos reales a los 69 mil 369
millones de pesos que fueron reportados en el mismo lapso de 2024.
Para comprender cabalmente el fenómeno, es preciso añadir que la
Red de Control de Delitos Financieros del Departamento del Tesoro de
Estados Unidos acaba de anunciar que existen fundamentos razonables
para determinar que Vector Casa de Bolsa, propiedad del empresario
Alfonso Romo, quien fuera Jefe de la Oficina de la Presidencia con
AMLO, facilitó operaciones de lavado de dinero vinculadas al Cártel
de Sinaloa.
Por si no fuera ya suficiente para el pueblo que
mira atónito cómo en pocas manos se concentra la gigantesca riqueza
del país, en escandalosa punta del iceberg, se descubren de repente
129 carros tanque de ferrocarril con huachicol (“tres de cada 10
litros de gasolinas que se importan en México son “huachicol
fiscal”) y no se dice de quién es el negocio; se roban un tráiler
con 33 toneladas de oro y plata y ninguna autoridad dijo a qué
bolsillo fueron a parar. Para completar la bofetada al pueblo que no
puede curarse ni educar a sus hijos ni tiene empleo siquiera, el
gobernador de un estado publicó en Facebook unas escenas de su
familia en las que presume que su pequeña hija de tres años ya
tiene en su ropero más de 120 pares de zapatitos.
Es, por
tanto, muy natural concluir que, todos estos ultrajes contra la
población trabajadora, que no son casualidades sino consecuencias
obligadas de la política social y económica que ha llevado a cabo
el grupo de Morena para medrar ellos y para beneficiar
escandalosamente a los más ricos y poderosos del país y de Estados
Unidos, estén aumentando la inconformidad y la irritación
ciudadana. Para tratar con ellas, el grupo morenista no instrumenta
acciones efectivas para que haya salud, educación, empleo con
salario digno, obras y servicios públicos y honradez comprobada en
los funcionarios. Nada de eso. Se alista con medidas de estrecha
vigilancia, mayor control y, en su caso, de represión abierta al
pueblo.
La democracia ya está casi extinta. Opera bajo la
extorsión descarada a los electores con las “ayudas para el
bienestar” (y todo indica que la “Estrategia Nacional contra la
Extorsión” no incluye a este tipo de delincuentes). A ello hay que
añadir que se elabora una modificación drástica al sistema de
leyes y reglamentos electorales cuyo propósito es concentrar más
todavía el poder y, peligrosamente, se cocina una nueva ley que,
para disgusto de la Presidenta de la República, se ha ganado a pulso
el alias de Ley Espía (y no para aplicar a los delincuentes, sino a
los disidentes) porque con la mayor facilidad, sin ninguna
autorización de juez (que, además, mediante los célebres
acordeones, ellos nombraron), expone al ojo represivo de la
autoridad, toda la vida de los ciudadanos.
Finalmente –por
esta ocasión– debe denunciarse la fusión (con otro nombre) de la
Guardia Nacional con el Ejército. El Ejército Mexicano tiene
funciones específicas muy importantes, está construido para
defender al país, a sus ciudadanos y a su territorio de la agresión
extranjera. Está entrenado, por tanto, para matar. Sus integrantes
reciben una educación especializada, aprenden a combatir pero, sobre
todo, a obedecer, viven apartados de la población y, entre otras
diferencias que no son sólo de forma, sino esenciales para su labor,
están sujetos a una ley específica que norma su conducta y sanciona
sus transgresiones. Cabe, pues, preguntarse, ahora que se encargará
de la seguridad pública de niños, mujeres y trabajadores, pacíficos
y desarmados la inmensa mayoría de ellos, ¿se modificará su
esencia castrense? Responder que sí, implica afirmar que el país
disuelve a su Ejército precisamente cuando se intensifican las
ambiciones imperiales; decir que no, implica que México ha pasado a
la categoría de los países con el ejército en la calle, como el
Chile de Augusto Pinochet o la Argentina de Jorge Rafael Videla.
Sobrecogedor, sin duda. Por tanto, una vez más hay que decirlo: sólo
el pueblo consciente y organizado tiene posibilidades de detener las
ansias de dominación dictatorial del grupo que llegó al gobierno
proclamando que para ellos estaban “primero los pobres”, pues,
ahora constatamos que son “primero” para explotarlos y, si se
resisten, para reprimirlos.
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