martes, 21 de octubre de 2025

Juvenicidio

 



Víctor Hugo Prado


En la revista Nexos del mes de octubre, me encontré un artículo que publica José Manuel Valenzuela, Investigador en El Colegio de la Frontera Norte, que debería llamar poderosamente la atención de gobiernos de todos los niveles de nuestro país.



Señala Valenzuela que “América Latina -de la que no escapa México-, padece el asesinato persistente y sistemático de jóvenes por estrategias bionecropolíticas (El término bionecropolíticas se refiere a la forma en que los poderes del Estado y los sistemas ejercen control sobre la vida y la muerte de las poblaciones).


Este asesinato persistente, el investigador lo define como “juvenicidio”: una condición límite de diversos procesos: precarización económica, social, cultural y simbólica; identidades estigmatizadas que producen vidas vulnerables, vidas proscritas, vidas carcelarias, vidas secuestradas, vidas desaparecidas, vidas desechables, vidas fugitivas, vidas sacrificables, vidas desubjetivadas, vidas desplazadas. En síntesis, vidas arrebatadas por la escasez de oportunidades en materia de empleo y educación principalmente.





En el “juvenicidio” hay inoperancia de las instituciones gubernamentales que producen y reproducen desigualdad social en relaciones subalternas donde el orden dominante amplía las condiciones de precariedad, vulnerabilidad e indefensión, profundizando en modelos de relación social clasistas, racistas, sexistas, homofóbicos.


El “juvenicidio” también alude a la condición límite en la cual se asesina a sectores o grupos específicos de la población joven. Sin embargo, los procesos sociales que derivan en la posibilidad de que miles de ellos sean asesinados, implica colocar estas muertes en escenarios sociales más amplios que incluyen la responsabilidad del Estado, orillándolos a territorios juveniles como ámbitos privilegiados de muerte, el narcomundo y el despliegue de corrupción, impunidad, violencia y aniquilamiento. Donde el caldo de cultivo es la “complicidad gubernamental con las fuerzas criminales dentro y fuera de las instituciones: un imbricado colaboracionismo de figuras institucionales, empresarios y miembros del crimen organizado”.





El “Juvenicidio” que inicia muchas veces en la precariedad económica y social, lo que produce vidas proscritas, prescindibles, sacrificables, ubicadas en los márgenes. Son subalternos sin voz y sin escucha.


Valenzuela los referencia: Son los
homo sacer y las vidas nudas de Giorgio Agamben. Los hundidos de Primo Levi y los nadies de Eduardo Galeano, cuyas vidas valen menos que las balas que los matan. Esos, puedes ser nuestros hijos o hermanos, de no generar las oportunidades que deben provenir desde las instituciones y del Estado mismo.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Popular Posts