En
estos tiempos de calor es cuando más se necesita el agua, el
artículo 4to de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos establece que toda persona tiene derecho al acceso,
disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico,
en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible. El Estado debe
garantizar este derecho para el acceso y uso equitativo y sustentable
de los recursos hídricos.
Las olas de calor afectan gravemente
a la población que padece la falta de agua potable, especialmente en
áreas donde el acceso a este recurso es limitado.
Pobladores
de diversos municipios del país han padecido la falta de agua
potable, reciben agua contaminada y se han visto en la necesidad de
comprar pipas de agua a precios elevados. Un claro ejemplo de esta
problemática es Hidalgo, donde los pobladores han exigido al
gobierno que se regularice el servicio de agua, que se haga un
proyecto técnico para introducir el agua potable pero ha habido
respuesta nula por parte del gobierno, según declaraciones del Ing.
Indalecio Mejía Mejía, dirigente antorchista en Pachuca.
Por
otro lado, en la Ciudad de México, las fugas en la red hídrica son
un problema considerable, con un estimado de 40% del agua potable
perdida anualmente. Para 2023, el Sistema de Aguas de la Ciudad de
México (SACMEX) reportó 11,288 fugas, un aumento del 27.1% respecto
a 2020. Ante la falta de agua, hace unos meses habitantes de la
Ciudad de México se manifestaron a través de cadenas humanas y
mítines pacíficos para protestar por la falta de agua que padecen
en sus hogares. En su manifestación exigieron al gobierno federal y
local que implementen un plan hídrico para revertir la escasez del
vital líquido, tampoco fueron recibidos para atender sus
demandas.
La realidad para miles de familias se complica ante
la falta de una política efectiva para la gestión y conservación
del agua. La infraestructura hídrica inadecuada y la falta de
mantenimiento también han llevado a pérdidas significativas del
vital líquido.
La escasez de agua es un problema creciente en
México, exacerbado por las olas de calor y la sequía. Lo que pone
en riesgo la salud y el bienestar de la población, especialmente en
áreas rurales y marginadas, la implementación de un plan hídrico
integral es fundamental para abordar esta crisis y garantizar el
acceso a agua segura para la población.
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