Durante este proceso de
aprender más acerca de la humildad, el resultado más profundo era
el cambio de nuestra actitud para con Dios.
Hoy en día mis
oraciones consisten mayormente en decirle gracias a mi Poder Superior
por mi sobriedad y por la maravilla de la generosidad de Dios, pero
también tengo que pedir ayuda y fortaleza para cumplir con Su
voluntad para conmigo. Ya no tengo que pedir a Dios que a cada
momento me rescate de situaciones en las que caigo por no hacer Su
voluntad. Ahora parece que mi gratitud está directamente ligada a la
humildad.
Mientras yo tenga la humildad para sentirme
agradecido por lo que tengo, Dios continúa dándome lo que necesito.
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