He aquí los
pasos que dimos…
Estas son las palabras que introducen
los Doce Pasos. En su directa simplicidad, ellas hacen a un lado
todas las consideraciones psicológicas y filosóficas respecto a la
virtud de los Pasos. Describen lo que hice: practiqué los Pasos y el
resultado fue la sobriedad. Estas palabras no implican que yo deba
caminar el sendero trillado por aquellos que fueron antes que yo,
sino más bien significan que para mí hay una manera de lograr la
sobriedad y que yo debo encontrar esa manera. Es un nuevo sendero, un
sendero que me lleva a la luz infinita en la cima de la montaña. Los
Pasos me anuncian las pisadas que son seguras y los abismos que tengo
que evitar. Me proporcionan las herramientas que necesito durante
gran parte del viaje solitario de mi alma.
Cuando hablo
de este viaje, comparto mi experiencia, fortaleza y esperanza con
otros.
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