Todo progreso en A.A. se puede calcular en términos de sólo dos
palabras: humildad y responsabilidad. Nuestro desarrollo espiritual
se puede medir con precisión en función de nuestro grado de
adhesión a estos dos magníficos criterios.
Reconocer y
respetar los puntos de vista, los logros y las prerrogativas de
otros, así como aceptar estar equivocado, me enseña el camino de la
humildad.
La práctica de todos los principios de A.A. en todos mis
asuntos me guía a ser responsable. Hacer honor a estos preceptos me
da creencia en la Tradición Cuatro — y en todas las demás
Tradiciones de la Comunidad. Alcohólicos Anónimos ha desarrollado
una filosofía de vida llena de válidas motivaciones, ricas en
grandes principios y en valores éticos, una forma de ver la vida que
puede extenderse más allá de los confines de la población
alcohólica.
Para hacer honor a estos preceptos solamente
tengo que orar y cuidar de mis compañeros humanos como si cada uno
de ellos fuera mi hermano.
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